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@José Miguel Esteban

CRONOLOGÍA ESTACIÓN ESPACIAL MIR

Año 1986 Año 1987 Año 1988 Año 1989 Año 1990 Año 1995
Año 1996 Año 1997 Año 1998 Año 1999 Año 2000 Año 2001

AÑO 1986
Miércoles, 19 de Febrero de 1986. La Estación Espacial Mir fue lanzada.
La Estación Espacial Mir, (que en ruso significa "paz") es la última de la Federación Rusa después de la serie Salyut.
Construida por los soviéticos como sucesora de la Salyut. Fue concebida por los soviéticos para ser la primera estación espacial permanentemente ocupada por una tripulación, primera de la tercera generación soviética, satelizada en febrero de 1986 desde el cosmódromo de Baikonur.
Está dotada de seis puntos de atraque para módulos de aprovisionamiento y científico-técnicos, de los que el primero en acoplarse fue el módulo astrofísico Kvant. Dispone de mejoras sustanciales respecto de su predecesora, Salyut 7, y paneles solares de 76 m² de superficie. Tiene capacidad para alojar a dos cosmonautas.

AÑO 1987
Jueves, 5 de Febrero de 1987
El "Soyutz TM-2" lleva al espacio al coronel Yuri Romanenko y Alexander Laveikin, que ocuparon la estación "Mir". El segundo regresó a la Tierra al cabo de cinco meses, pero el primero continuó a bordo hasta finales de diciembre, batiendo un nuevo récord de permanencia en el espacio. 326 días de vuelo continuado, el equivalente de un viaje de ida y vuelta a Marte.

Domingo, 12 de Abril de 1987
los soviéticos lograron acoplar con éxito la nave Kvant, un módulo astrofísico de 18.000 kg, con la estación Mir. El módulo Kvant, equipado con cuatro telescopios de rayos X, estaba diseñada para unirse a la estación Mir y observar una supernova que había estallado recientemente en una galaxia cercana, la Gran Nube de Magallanes. Los rayos X del estallido de la estrella, bloqueados por la atmósfera terrestre, no podían detectarse desde la Tierra.
El Módulo Kvant
El primero que se añadió al módulo principal de la estación Mir, se acopló directamente al puerto posterior.
Los demás se instalaron en el adaptador múltiple de acoplamiento. Para evitar la desestabilización de la estación espacial, los módulos se acoplaron uno tras otro en el puerto del extremo posterior y luego un brazo robotizado los fue colocando uno a uno cuidadosamente en su posición definitiva en los puertos laterales. De esta forma el puerto posterior quedaba libre para recibir las naves Soyuz.

AÑO 1988
Miercoles, 21 Diciembre de 1988
Los cosmonautas soviéticos Vladimir Titov y Musa Manarev regresan a Tierra tras haber permanecido 366 días a bordo de la Estación Espacial MIR, superando la anterior marca soviética de 322 días.

AÑO1989
En 1989 el Kvant 2 transportó una antecámara para paseos espaciales. Esta pequeña cámara hermética en la que se puede subir o bajar la presión interior. Los astronautas utilizan las antecámaras de las naves para pasar del ambiente presurizado al espacio, donde no hay presión.
Después de entrar en la antecámara, el astronauta, equipado con un traje espacial, la cierra herméticamente y la vacía de aire. A continuación, abre la escotilla y sale al espacio.

AÑO 1990
En 1990 el Kristall trasladó hasta la estación equipos para la investigación sobre materiales y otro puerto de acoplamiento.

AÑO 1995
Jueves, 29 de Junio de 1995
Por fin en 1995 el Spektr llevó un equipo médico estadounidense para hacer investigaciones sobre la ingravidez.

Encuentro histórico en el espacio: un transbordador espacial estadounidense, el Atlantis, se acopla por primera vez a la estación Mir.

La primera misión de acoplamiento de la Estación Espacial Mir y un Transbordador estadounidense marcó un hito históricos humano.
El acoplamiento ocurrió a las 9:00 a.m. del día 29 de Junio, a los mandos estaban el comandante R. Gibson y el piloto Charles Precourt que realizaba su segundo vuelo.
El atraque ocurrió sobre 216 millas náuticas por encima del Lago Baykal de la región de la Confederación Rusa.

En los próximos cinco días, emplearán unas 100 horas de operaciones y experimentos, que incluyendo investigaciones biomédicas, y traslado de equipos hasta la Mir.
Quince investigaciones separadas biomédicas y científicas que se realizarán, usando el módulo instalado en la parte trasera del Atlántis, el Spacelab, cubriendo siete disciplinas diferentes: cardiovascular y funciones pulmonares; el metabolismo humano; neuroscience; la higiene, saneamiento y radiación; la biología y desempeño del comportamiento; la biología fundamental; y la investigación de la microgravity.
Los tres tripulantes de la Mir 18, también comprobaron temas para investigaciones, efectuando programa intenso de ejercicio y otras medidas para la permanencia en el ambiente de gravedad después de más de tres meses en el espacio.
El transbordador espacial volvió con ocho tripulantes a la Tierra, la más grande de la historia espacial igualando a la misión realizada por el Challenger en Octubre de 1985 STS-61A.
Los tres astronautas de vuelta y miembros de la Mir 18 eran; N. Thagard, V. Dezhuzov y G. Strekalov, después de estar en ambiente de gravedad más de 100 días en el espacio.

Miércoles, 15 Noviembre de 1995
La nave norteamericana Atlantis se acopla a la estación rusa MIR, con lo que por primera vez se reúnen en órbita siete astronautas de cuatro países, prototipo de las expediciones internacionales que trabajarán en la plataforma orbital "Alfa".
Los astronautas han preparado varios regalos para sus colegas rusos- bombones, flores y una guitarra- para hacer más llevaderos los días en la estación espacial. La Mir a bordo de la que vuelan dos rusos y un alemán permanecerá en el espacio hasta finales del próximo Febrero.
El transbordador espacial estadounidense Atlantis se separó ayer día 18, sobre el Mar Caspio a las 8, 16 de la mañana de la estación orbital rusa Mir, tras permanecer unidos desde el pasado miércoles. Se trata de la segunda operación similar en la historia, tras la realizada el pasado Junio.

AÑO 1996
Martes, 20 Febrero de 1996
La estación espacial MIR, soviética primero y rusa después, cumple diez años en órbita, pese a que fue programada para sólo tres, y se decide que siga en activo hasta la víspera del nuevo milenio, mientras empieza a construirse la plataforma internacional "Alfa".

Sabado 18 de Mayo de 1996
El Módulo medioanbiental Priroda atraca en la Mir. Diez años después de ser puesta en órbita, la estación está compuesta por 5 módulos.

Jueves, 26 de Septiembre de 1996
El transbordador "Atlantis" regresa a Tierra después de realizar con éxito una misión de acoplamiento con la estación rusa "Mir".

AÑO 1997
Lunes, 20 de Enero de 1997
Tras cinco días de operaciones conjuntas y el trasvase de más de tres toneladas de abastecimientos El Atlantis y la Mir se despidieron ayer por quinta vez.
Los astronautas del transbordador Atlantis dijeron adiós ayer a la tripulación de la estación espacial rusa Mir y cerraron las compuertas entre las dos naves, preparándose para la separación.
El Atlantis tenía previsto separarse de la Mir a última hora de ayer, tras cinco dias de operaciones conjuntas en las que un nuevo astronauta estadounidense se mudó a la Mir y más de tres toneladas de abastecimienttos fueron pasados de una nave a la otra. El Atlantis se acopló el pasado martes para recoger al astronauta estadounidense John Blaha y dejar a su sustituto, Jerry Linenger, que ha pasado un total de cuatro meses en el espacio.
Blaha, que ha trabajado en la estación desde septiembre, dijo ayer que deseaba la reunión con su familia, pero que extrañará la vista de la Tierra desde el espacio. «Es realmente un gran placer ver a nuestro bello planeta», dijo. «Me gusta trabajar aquí, pero mi esposa y yo llevamos casados más de 30 años y no sabía que podría echarla de menos tanto como lo he hecho».
Las tripulaciones de ambas naves se despidieron ante las cámaras de televisión unas tres horas antes del verdadero adiós. «Nos despedimos de una excelente tripulación», concluyó el comandante Valeri Korzun.

Lunes, 10 de Marzo de 1997
Cuenta atrás en la estación espacial Mir.
Una nueva avería deja a los tres astronautas que «viven» a 400 kilómetros de la Tierra con oxígeno para 65 días.
A Vasili Tsibliev, Aleksander Lazutkin y Jerry Linenger se les viene la casa abajo. Si vivieran en la Tierra, la solución sería tan sencilla como buscar al fontanero en las páginas amarillas, pero a 400 kilómetros de nuestro planeta y en una estación espacial de más de 100 toneladas de peso, su situación resulta angustiosa.
Los tres astronautas -dos rusos y un estadounidense- pasan por sus peores momentos en el interior de la vieja Mir, un ingenio ruso cuya vida se ha venido alargando desde 1991.
No es de extrañar que la situación del equipo de cosmonautas mantenga alerta a la NASA: una avería en el generador de oxígeno les ha obligado a accionar un sistema de emergencia que sólo garantiza un ambiente respirable durante dos meses.
En caso de que también este dispositivo auxiliar fallará, los tripulantes tendrían sólo cinco días para abandonar la plataforma a bordo de la nave de emergencia Soyuz, e intentar alcanzar la Tierra.
Pero como las malas noticias, incluso en el espacio, nunca llegan solas. El nuevo generador de emergencia funciona mediante la quema de cartuchos de perclorato de litio, y fue precisamente uno de estos cartuchos el que provocó a finales del pasado mes de Febrero un pequeño incendio de siete minutos en el interior de la plataforma.
Los propios astronautas tuvieron que apagar las llamas y soportar -con mascarillas antigas- una humareda que, aunque no causó heridos, hizo temer seriamente por la integridad de los inquilinos de la Mir.
La próxima misión del transbordador Atlantis a la estación está prevista para mediados del mes de mayo. La idea de los responsables rusos y estadounidenses es llevar entonces a la estación los recambios necesarios. Y es que, como en una especie de Ley de Murphy espacial, la propia agencia norteamericana reconoce que la necesaria revisión que requiere el transbordador tras su último trayecto hace imposible adelantar el viaje.
Rusos y norteamericanos coinciden en que las tres últimas averías padecidas por la Mir -incluido un fallo en el sistema de bombeo de aguas residuales- no tienen relación entre sí y son pura casualidad. Eso sí, los americanos añaden que la situación es «muy incómoda».
Así, y por primera vez desde que la estación fue puesta en órbita en 1986, los técnicos han mencionado la palabra «abandono». Frank Culberson, ex astronauta y director del proyecto NASA-Mir, prefiere hablar de una posible «salida ordenada del barco».
La estación rusa muestra cada vez más abiertamente sus canas y en su undécimo año orbitando la Tierra, nadie duda de que le ha llegado el turno de la retirada.
Un paso nada fácil de dar. En primer lugar, porque se trata de la joya espacial rusa. O mejor dicho, de la única joya espacial rusa. Moscú se resiste a jubilar a su último corredor en una carrera espacial que perdió hace tiempo.
Mientras, la Mir tiene programado recibir en tres ocasiones a la nave Atlantis y en dos al Discovery de aquí a mayo de 1998. En cada uno de esos viajes, los astronautas de la estación irán siendo reemplazados. Aunque si no se solucionan los problemas, no será fácil encontrar voluntarios para visitar la pequeña ciudad espacial.
Todo ello se une a las dudas de que Rusia pueda cumplir los plazos acordados para la construcción de la nueva Estación Espacial Internacional (Alfa), en la que colaboran 20 países liderados por EEUU y que debería estar terminada en el año 2002. La Rusia espacial agoniza; la Mir también.

Miercoles, 25 de Junio de 1997
Durante una maniobra de atraque, un transporte espacial Progress choca con la Mir y abre un boquete en el casco del Módulo Spektr. La Mir gira casi sin control durante varios días en su órbita. Los fallos en el suministro eléctrico y en el ordenador se repiten.

Jueves, 26 de Junio de 1997
Choque en el espacio. En peligro los tripulantes de la MIR al chocar contra ella una nave de carga.
Después de meses de averías e incidentes -incluido un incendio-, la estación MIR ha estado a punto de acabar dramáticamente sus 11 largos años de servicio. El miércoles, una nave de carga no tripulada, la Progress-34, chocó contra uno de los módulos de la estación orbital MIR al intentar acoplarse.
Aunque las primeras informaciones aseguran que los tres astronautas que permanecen en ella no han sufrido daño alguno, la colisión ha averiado el suministro de energía de la MIR, colocándoles en grave peligro.
La nave de carga no tripulada Progress debía acoplarse manualmente a la estación cuando, previsiblemente por un fallo técnico, se precipitó contra el módulo científico Spektr, adherido a la sección principal de la MIR, donde en ese momento se hallaban sus cosmonautas, los rusos Vassili Tsibliev y Alexander Lazutkin y el estadounidense Michael Foale. Este accidente podría haber provocado la despresurización de la cabina, pero la rápida actuación de los astronautas, que sellaron el módulo, impidió que descendiera la presión en el interior de la estación.
Horas después del accidente, los tres tripulantes se comunicaron por televisión con el centro de control espacial en Moscú, asegurando que su estado físico y anímico era bueno.
El módulo Spektr está dotado de varias baterías solares que administran energía primordial para el correcto funcionamiento de la estación orbital. Según expertos del Centro, que prefieren guardar el anonimato, los daños en las baterías solares pueden tener consecuencias irreversibles para la estación MIR.
EL MAS GRAVE.- El choque de la nave Progress, de siete toneladas de peso, es el accidente más grave en la historia de la estación, cuya jubilación debía haberse producido hace más de cinco años.
La nave de evacuación Soyuz, atracada permanentemente en la MIR, se encuentra lista para desplazar a los cosmonautas a territorio ruso si la situación a bordo se complica. Sin embargo, por el momento, los responsables del Centro de Control Espacial no prevén la evacuación.
Desde Moscú, responsables del Centro Espacial Korolev aseguraron ayer que, a pesar de la avería del módulo energético Spektr, los módulos Priroda, Kvant y Kvant-2 siguen en uso. Según el centro, la nave Progress-35, que originalmente debía despegar con suministros el 27 de junio, será lanzada en los próximos días.
Nada más conocer el incidente, la NASA ha prometido revisar la estrategia con respecto a la estación, que se encuentra orbitando a casi 400 kilómetros de la Tierra. Funcionarios de la agencia espacial norteamericana han asegurado en las últimas horas que, por ahora, no se planea una evacuación de urgencia.
El transbordador Atlantis no planea viajar hacia la MIR hasta septiembre y el Columbia, que se prepara para su lanzamiento el martes, no está equipado para acoplarse con la MIR.
El presidente del Comité científico del Congreso estadounidense pidió ayer una inmediata revisión de las medidas de seguridad de la MIR antes de que ningún otro astronauta de EEUU vuelva a subirse a ella. Este es el tercer incidente que padece la estación en dos meses. La MIR fue lanzada en 1986 con unas expectativas de vida útil no superiores a los cinco años. Sin embargo, lleva más de 11 en órbita. El pasado mes de febrero, una fuga del líquido refrigerante dejó parcialmente sin suministro de oxígeno a los tripulantes.
Diez días después se declaró un incendio rápidamente sofocado en uno de los módulos, pero la avería en la refrigeración pudo causar problemas de salud a los tripulantes. Ahora, responsables de Rusia y EEUU se preguntan: ¿cuánto aguantará la MIR?

Martes, 1 de Julio de 1997
Manos a la obra a 400 kilómetros de la Tierra. Comienzan los entrenamientos para la arriesgada reparación de la MIR.
La sonrisa aún no se ha desdibujado en los rostros de los tripulantes de la MIR, a pesar de que las complicaciones en la estación espacial no cejan. Los tres astronautas pudieron mantener su primera conversación televisada con el Centro de Control de Moscú el domingo. Ayer comenzaron sus entrenamientos previos e indispensables para quienes deben comenzar a reparar su casa a 400 kilómetros de la Tierra.
Tras meses de averías, el carguero Progress 34 chocó la semana pasada contra uno de los módulos de la estación espacial, provocando la despresurización en su interior, problemas en el flujo de energía y en los sistemas de aire.
A pesar del evidente riesgo para sus vidas, Vassili Tsibliev, Alexander Lazutkin y el estadounidense Michael Foale -los tres tripulantes de la MIR- son los encargados de animar a los responsables de la misión en la Tierra, desde donde parece que aumentan las dudas sobre la posible reparación de la estación. Frank Culberston, director del Programa MIR para la NASA, afirmó ayer que el módulo afectado está «en coma». Una noticia preocupante tratándose de una parte con funciones vitales para los astronautas.
Mientras, ayer se conocieron los primeros resultados de la investigación sobre las causas del accidente. La colisión se debió, según esas primeras informaciones, a un exceso de carga a bordo de la Progress-34. Concretamente, 900 kilogramos más de lo recomendado en una operación de acoplamiento que desequilibró a la nave.
Según esta teoría, revelada por la agencia Interfax, el capitán de la plataforma espacial, el ruso Vasili Tsibliev, tuvo dificultades al manejar la nave, ya que pesaba más de lo debido como para poder efectuar con normalidad la operación de traslado de la nave Progress 34 de un puerto a otro de la MIR.
BUENA REACCION.- Entre tanto, los tres astronautas han contactado ya con sus familias, a las que explicaron con naturalidad su reacción cuando sintieron el choque en la sala central de la estación.
«Cuando se produjo la colisión, mi cerebro funcionó automáticamente, sin reflexionar y sin plantear preguntas. Sólo hizo lo que tenía que hacer», relató Lazutkin al Centro de Control de Koroliov, a las afueras de Moscú.
La rápida operación que evitó la completa despresurización de la estación orbital MIR fue fruto, según los cosmonautas, de una perfecta coordinación de los tres durante el incidente.
A pesar de las dificultades, el compañerismo se ha impuesto en la MIR. Michael Foale ha expresado su deseo de volver a tripular la estación una vez terminada esta misión espacial.
«Por supuesto que volveré al espacio, es una experiencia muy rica. Incluso cuando todo iba bien resultaba muy agradable trabajar con estos chicos», bromeó Foale señalando divertido a sus colegas de viaje ante la cámara de televisión.
El buen ambiente que se vive a bordo de la MIR no es sintomático de la situación técnica. A pesar de la «relativa normalización» a la que tanto han aludido los responsables del Centro de Control Espacial, la puesta en funcionamiento de los tres paneles solares del módulo Spektr, el afectado, deberá hacerse desde la Tierra.
Moscú planeó un paseo espacial protagonizado por Tsibliev y Lazutkin, con el objetivo de adentrarse en el Spektr y conectar la electricidad, lo que en teoría rehabilitaría el uso de los paneles que abastecen de energía a la MIR. Sin embargo, los astronautas rusos expresaron sus reservas para realizar esta tarea. «Nunca he hecho este tipo de trabajo, y sin entrenamiento no es posible llevarlo a cabo», aseguró Tsibliev ante sus responsables.
Después de calibrar los inconvenientes de esta misión, el Centro Espacial de Koroliov lo ha replanteado. Entre el 10 y el 14 de Julio, los dos astronautas realizarán un paseo espacial exploratorio para sopesar los daños producidos en la colisión.
El estadounidense Foale les esperará al mando de la nave de evacuación Soyuz -atracada permanentemente en la MIR- por si se presentan imprevistos. El próximo 5 de julio, otra nave de carga, la Progress 35, viajará hasta la estación con conexiones eléctricas herméticas, una veintena de cables eléctricos y otros utensilios necesarios para los arreglos, además de pertenencias personales para los astronautas. Una operación con muchas dudas.
Las zapatillas, el cepillo y el dentífrico.
Su cama vaga ahora cual meteorito por el espacio. El estadounidense Michael Foale, que vio cómo su colchón y su ropa desaparecían por el boquete del módulo Spektr y pasaban a flotar en el vacío, ha pedido al control de Tierra el envío de «zapatillas deportivas, un cepillo de dientes y tres tubos de dentífrico», así como un botiquín.
Foale concentraba su trabajo en el interior del Spektr, el único módulo equipado con material científico. Todo su instrumental y la práctica integridad de su material informático desaparecieron en el espacio.
«Me encuentro todo lo bien que se puede encontrar alguien que haya perdido todas sus propiedades», declaraba con buen humor en su primera comunicación tras el choque espacial.
Por suerte para él, el carguero Progress-35, que será lanzado en los próximos días desde el cosmódromo de Baikonur, retrasó su partida tras la colisión protagonizada por su «hermana mayor» -la Progress 34- que puso en entredicho la misión espacial. Ha habido tiempo para incluir en sus bodegas el material pedido tanto por el estadounidense como por sus dos compañeros rusos. El accidente de la semana pasada no ha sido un caso aislado en la MIR. En el último año, los astronautas que han vivido a bordo de la única estación que hay en el espacio, han vivido al menos cuatro incidentes. Incluido un incendio que puso en serio riesgo la vida de los ocupantes, que pudieron controlar en fuego antes de que quedaran atrapados, ya que las llamas se produjeron entre ellos y la única salida de la MIR disponible en ese momento.
Por otra parte, técnicos de la NASA han descartado que el inminente lanzamiento de la nave Columbia pueda contribuir a normalizar del todo la situación a bordo de la MIR.
El transbordador norteamericano no está habilitado para acoplarse a la plataforma espacial, como el Atlantis, por ejemplo. Las reparaciones tendrán que hacerlas -al menos las más urgentes- los tres tripulantes de la MIR por sus propios medios.

Sábado, 2 de Agosto de 1997
La astronauta norteamericana no irá al espacio porque el traje le queda grande. Wendy se quedará en la Tierra por bajita.
Wendy Lawrence no temía el gran salto a la vieja Mir, que gira llena de achaques a 400 kilómetros de la Tierra. El único problema ha sido su estatura: 1,60 metros. La astronauta estadounidense de 38 años flota dentro del nuevo traje espacial ruso, un modelo articulado de talla excesiva para la menuda Wendy, que ha resultado demasiado baja para el espacio.
Lawrence era el revelo de su compatriota Michael Foale, que lucha desde hace más de cinco meses con la deteriorada Mir junto a dos agotados astronautas rusos. El puesto de Wendy a bordo de la estación orbital será ocupado, a finales de septiembre, por otro hombre, el cosmonauta David Wolfe. La decisión anunciada ayer por la NASA fue tomada considerando que Wolfe puede remplazar a los dos mecánicos espaciales rusos que repararán la Mir cuando éstos salgan al espacio.
Además de su escasa estatura, Wendy adolece del suficiente entrenamiento en salidas al espacio exterior para poder afrontar la arriesgada misión con garantías. En contraste, su compatriota Wolfe está entrenado para afrontar la reparación del despresurizado módulo Spektr en caso de necesidad.
La NASA ha anunciado que retrasará en 10 días la salida del transbordador espacial Atlantis -que estaba prevista para el 18 de Septiembre desde Cabo Cañaveral (Florida)- para que Wolfe complete su entrenamiento en la Ciudad de las Estrellas, en las afueras de Moscú. El responsable del programa NASA-Mir, Frank Culbertson explicó ayer que los tres nuevos miembros de la tripulación de la Mir deben estar capacitados para realizar salidas al espacio exterior.
Wolf empezó ayer mismo su entrenamiento para realizar caminatas espaciales fuera de la averiada estación espacial Mir.
Los funcionarios rusos diseñaron rápidamente un riguroso programa de entrenamiento para que el astronauta se familiarice con el traje y con los procedimientos de las caminatas espaciales. «En los próximos días realizará labores prácticas con el traje puesto, luego en un laboratorio bajo el agua, después volará en el avión Il-96 donde tenemos condiciones de ingravidez, y trabajará en dos cámaras con diferente presión con el traje.

Viernes, 8 de Agosto de 1997
Decepción tras el acoplamiento de la «Soyuz».
Los 'fontaneros del espacio' llegan a la Mir sin uno de los repuestos. La maniobra de acople entre la Soyuz y la estación orbital Mir fue un éxito. Pero un ligero olvido empañó el abrazo en el que se fundieron las tripulaciones: los fontaneros del espacio encargados de reparar la Mir no llevaban entre los repuestos el imprescindible para reparar dos generadores de oxígeno.
Los astronautas rusos Anatoli Soloviov y Pavel Vinogradov, a quienes se ha encomendado la crítica misión de reparar la Mir, culminaron ayer con éxito la maniobra automática de acoplamiento con la estación orbital rusa, que se consumó a las 21.02 hora de Moscú.
El contacto entre ambas tripulaciones se produjo dos horas después del atraque. Soloviov y Vinogradov se fundieron en una abrazo con sus compatriotas rusos Vasili Tsibliev, Aleksandr Lazutkin y el astronauta de la NASA Michael Foale, que han vivido en los últimos meses la primera odisea del espacio.
Del éxito de la nueva tripulación, que permanecerá seis meses a bordo de la estación orbital, depende la vida o la muerte de la vieja estación Mir. Los dos astronautas de relevo realizarán su primera salida al espacio el 30 de agosto.
El acoplamiento se produjo a una velocidad de 30 centímetros por segundo, cuando la clavija de enganche de la nave Soyuz TM-26 penetró en el terminal de acoplamiento -que consiste en un orificio del módulo Kvant- levemente absorbida por un mecanismo de atracción.
El 14 de agosto, la Soyuz regresará a la Tierra con los astronautas rusos Vasili Tsibliev y Alexandr Lazutkin, que han padecido durante seis meses una dramática experiencia a bordo de la Mir. El sistema automático de acoplamiento, denominado Curs (rumbo), fue activado a las 19.22, hora de Moscú. A partir de ese momento, los astronautas de ambas naves se limitaron a controlar el correcto funcionamiento de los sistemas y la maniobra de atraque.
ATRAQUE AUTOMATICO.- Como explicó Anatoli Piruchkinn, uno de los responsables de la Dirección de Vuelos Espaciales, la operación debía realizarse completamente de forma automática mediante el sistema computerizado Curs. Sin embargo, los últimos 15 metros de la maniobra los realizó el comandante de la Soyuz de forma manual por un fallo de última hora.
Una vez concluida esta fase, los cosmonautas controlaron el perfecto hermetismo del acoplamiento y nivelaron la presión atmosférica de ambas naves. A las 22.30 hora de Moscú se procedió a la apertura de las escotillas que comunican ambas naves. Los cinco astronautas se saludaron a bordo de la maltrecha estación orbital rusa, a unos 400 kilómetros de la Tierra.
La Soyuz atracó en el puerto dejado libre el miércoles por el carguero espacial Progress-35, que desatracó de la Mir para permitir el acoplamiento en su lugar de la Soyuz.
La nave de carga fue situada en una órbita paralela, 10 kilómetros inferior a la de la Mir, y permanecerá girando de manera autónoma alrededor de la Tierra hasta el día 16 de Agosto.
La tripulación de reemplazo continuará respirando hasta la llegada del transbordador de la NASA, prevista para finales de septiembre, el oxígeno que producen las pastillas de combustible sólido, un rústico sistema de emergencia que sustituye al sistema de generación de oxígeno Elektron, fuera de servicio desde hace ocho días.
El Centro de Control de Vuelos informó ayer que la actual tripulación ha descubierto la formación de pólipos en el conducto que comunica el sistema de generación de oxígeno con el de alimentación de aire. La nueva tripulación, que deberá afrontar múltiples reparaciones críticas en el despresurizado módulo Spektr, realizando seis salidas exploratorias al espacio, no ha llevado un conducto para la reparación del sistema Elektron.
El vicedirector de Vuelos Espaciales, Viktor Blagov, informó ayer que la actual tripulación fracasó nuevamente el jueves en su tentativa de reparar el sistema Elektron. Ambos generadores de oxígeno fueron desactivados con el objetivo de ahorrar energía, tras la colisión del 25 de Junio. Cuando lo reactivaron no funcionó.
Pastillas con riesgo.
La pastilla de combustible sólido, experimentada en los submarinos nucleares de la URSS, se introduce en un cilindro donde se genera una reacción química que produce oxígeno.
Según explicó el ingeniero Anatoli Piruchkinn, del Centro de Vuelos de Moscú, los cosmonautas han utilizado cinco mil pastillas en los últimos 11 años, tanto en la Mir como en los ensayos realizados en la Tierra.
El pasado 23 de Febrero, una de las pastillas se incendió provocando uno de los accidentes más dramáticos en la historia de la estación orbital rusa. Los astronautas lo extinguieron en un minuto y 30 segundos, por lo que fueron nombrados bomberos de honor de Rusia. Pero desde aquel día, la moral del comandante Tsibliev se rompió y la Mir se ha convertido en un enfermo espacial en estado de coma a la espera de ayuda.

Martes, 12 de Agosto de 1997
Los tripulantes de la Mir esperarán la llegada del «Atlantis» para repararla. Los cosmonautas rusos no han podido arreglar el sistema que suministra oxígeno a la nave porque necesitan más repuestos Los tripulantes de la estación espacial Mir podrían esperar hasta la llegada del transbordador Atlantis para reparar su principal sistema de suministro de oxígeno, según afirmó ayer una fuente de la agencia espacial de Rusia.
La posible demora hasta finales de septiembre se debe al fracaso, hasta el momento, del plan para reactivar un sistema alterno de suministro de energía, agregó la fuente. La noticia vuelve a prolongar la agonía de la Mir, que ha estado operando a media potencia desde que una nave de carga se estrelló contra uno de sus módulos el 25 de junio, en el peor accidente de su historia.
Mientras tanto, la reforzada tripulación, está utilizando un suministro de 70 días de la reserva de oxígeno debido al fracaso de la recuperación del principal sistema de generación de aire, denominado Elektrón, en el módulo Kvant-1. Los expertos creen que será necesario enviar repuestos desde la Tierra, aseguró el jefe del equipo de análisis de la misión, Yury Antoshechkin. «Esperábamos que la falla estuviera en las partes reemplazables del sistema. Eso habría facilitado las cosas, porque tenemos practicamente todos esos componentes cambiables a bordo». Pero la tubería principal y la válvula al vacío son una historia distinta», dijo Antoshechkin.
Además de los problemas con el Elektrón, una serie de reparaciones aún más difíciles esperan a la nueva tripulación, que llegó la semana pasada. El comandante Anatoly Solovyov y el ingeniero de vuelo, Pavel Vinogradov, vestirán el próximo miércoles día 20 sus trajes espaciales dentro de la Mir para abrir la escotilla que comunica con el módulo Spektr, oscuro y carente de oxígeno, a fin de reconectar sus paneles solares.
Luego, el 3 de septiembre, dos de los tripulantes realizarán una caminata espacial para inspeccionar una perforación en la pared exterior del módulo. Si la reparación del 20 de agosto tiene éxito, la nave dispondrá de la energía suficiente para reactivar el módulo Kvant-2 y encender de nuevo el sistema Elektron el 24 o 25 de Agosto.

Jueves, 14 de Agosto de 1997
Los dos cosmonautas de la estación orbital Mir regresan a casa. Después de seis meses en el espacio, Tsiblíev y Lazutkin toman tierra a bordo de una cápsula integrada en la Soyuz .
Ni los seis meses pasados a 400 kilómetros de la Tierra, ni la odisea vivida en el espacio, han acabado con la fortaleza psíquica de Vasíli Tsiblíev y Alexander Lazutkin, los dos cosmonautas que aterrizarán hoy en Kazajstán.
Según los informes médicos, se encuentran muy animados con el regreso a casa. Para ellos se abre una nueva e incierta etapa - pueden incluso sufrir represalias por los incidentes técnicos de la Mir- y también para el Centro de Control de Vuelos.
Tsiblíev y Lazutkin tomarán tierra a las 14.15 hora de España, a bordo de una cápsula integrada en la nave Soyuz TM-25.
La vuelta de los cosmonautas supone la misma operación por la que han pasado 60 astronautas de todas las nacionalidades. Pero los innumerables problemas que han tenido que afrontar, rodea su llegada de cierta expectación.
Ayer cundió la alarma sobre las reservas de agua. La NASA ha expresado su deseo de que se envíe un nuevo cargamento en el transbordador espacial Atlantis. Sin embargo, el Centro de Control de Vuelos de Moscú aseguró que no se habían recibido quejas por el abastecimiento de agua.
Otro de los problemas es el mal funcionamiento del sistema de generación de oxígeno Elektron. Los cosmonautas han descubierto que el conducto de aire ha sido taponado por una sustancia alcalina, y su reparación podría consistir en limpiarlo con una solución de aspirina disuelta en agua.

Martes, 26 de Agosto de 1997
La estación orbital Mir sufre averías en sus generadores de oxígeno. Los tripulantes de la plataforma espacial tienen suficiente reserva de oxígeno para al menos dos días más. La tripulación de la Mir está de nuevo con reparaciones. Los dos generadores de oxígeno de la estación espacial fallaron ayer de forma casi simultánea y «aunque por ahora no es crítico, el problema puede ser muy serio», señaló un portavoz de la NASA.
La tripulación (tres hombres) tiene una reserva de oxígeno de al menos dos días, que podría alcanzar algo más en caso necesario. En la última comunicación de ayer que la estación realizó con Tierra, los tripulantes seguían las reparaciones y se ignora si desde entonces han conseguido que alguno de los dos sistemas pueda volver a funcionar.
La Mir, que ya cuenta con 11 años de existencia, ha sufrido continuos problemas en los últimos meses. Este último incidente se produjo cuando se averió el generador secundario con el que estaban trabajando los astronautas, ya que el primario estaba desconectado para ahorrar energía eléctrica. Entonces, los cosmonautas conectaron el sistema primario, llamado Elektron, pero se apagó solo, aparentemente por sobrecalentamiento. Los tres tripulantes están provistos de piezas de recambio para intentar reparar el generador secundario, explicó la portavoz de la NASA.
La Mir ya había registrado algunos problemas en las últimas semanas con el Elektron, que fue transportado por el transbordador espacial estadounidense Atlantis hasta la estación espacial. Pero esta vez es la primera vez que falla el sistema generador de emergencia, en el que se queman tubos de combustible sólido para producir oxígeno.
El incidente estropeó una jornada que hasta entonces había sido muy positiva para la Mir, ya que los astronautas habían conseguido reparar gran parte del sistema de generación de electricidad que se encontraba dañado.

Martes, 16 de Septiembre de 1997
El «cerebro» de la Mir falla por tercera vez en menos de un mes. La estación espacial rusa, reparada con piezas de segunda mano, volvió a perder la orientación al sol.
Muchos comparan ya a la Mir con el camarote de los hermanos Marx. Parece un chiste fácil, pero la vieja estación orbital rusa, donde las chapuzas que la mantienen en órbita se hacen a ojo y con piezas usadas, es la mejor metáfora de la Rusia poscomunista.
El Centro de Control de Vuelos Espaciales (CCVE) no sabía cómo justificar ayer la nueva avería sufrida en la madrugada del domingo por el ordenador central de la decrépita Mir -la quinta que registra el maltrecho cerebro de la estación en los últimos 60 días-, que ha provocado una nueva pérdida de orientación hacia el Sol. La quinta deriva absoluta y la tercera del mes.
Esta vez se trata de un problema de piezas usadas, empledas anteriormente para reparar el ordenador con material sólo apto para el desguace. Viktor Blagov, vice director de vuelos, explicó ayer que el interface -o bloque electrónico- insertado por la tripulación en el ordenador que provocó el fallo general de hace una semana, era «viejo» y estaba «muy usado». El comandante Soloviov lo sustituyó por otro, también «viejo y usado», que volvió a fallar a las 10.28 GMT del domingo, produciendo la actual deriva de la Mir en su órbita alrededor de la Tierra.
NADA GRAVE.- Como es costumbre, un portavoz del CCVE ha declarado que la avería no reviste gravedad y será solucionada en 24 horas. El nuevo odenador central de la Mir fue fabricado en el año 1989, se instaló a bordo de la estación en 1995 y entró en servicio el pasado 8 de agosto en sustitución del antiguo, que provocó el envejecimiento rápido de la anterior tripulación.
El comandante Anatoli Soloviov, el ingeniero Pavel Vinogradov y el astronauta estadounidense Michael Foale, conectaron ayer el ordenador central durante tres horas. Pero el sistema no aguantó el tirón y fue nuevamente descerebrado. «Hay dos soluciones» explicó Bragov. «O se instala en la computadora el antiguo bloque reparado o se inserta el segundo, sustituyendo las partes inservibles de éste con piezas del bloque anterior».
Este pequeño trabalenguas revela el estado de coma que atraviesa el programa espacial ruso, basado en piezas de segunda mano y reparaciones dignas de un cómic espacial.
RUTINA.- Cada caída del ordenador -que consta de 10.000 bloques electrónicos- equivale a un nuevo apagón de la Mir, un percance ya rutinario a bordo de la estación rusa.
La nave se alimenta con la energía que produce el Sol a través de sus paneles. Cuando el ordenador entra en coma, los girodinos que mantienen la orientación correcta dejan de funcionar. Como en las ocasiones anteriores, la tripulación desconectó la mayor parte de los equipos para economizar energía, incluido el sistema de generación de oxígeno Elektron. Los cosmonautas respiran nuevamente el oxígeno de emergencia que produce la combustión de unas pastillas.
Fuentes del Centro de Control de Vuelos Espaciales revelaron ayer que las comunicaciones con la Mir son muy difíciles, lo que obliga a realizar los enlaces con la estación, que gira a 400 kilómetros de la Tierra, a través de estaciones de seguimiento localizadas en Estados Unidos.
Según un informe elaborado por la NASA, los nueve accidentes graves padecidos por la Mir desde la colisión del 25 de junio, elevan el nivel de riesgo para los astronautas.

El día 28 llega el «Atlantis»
Los cosmonautas de la Mir debían preparar la estación para la llegada, prevista para el próximo día 28, del transbordador espacial estadounidense Atlantis y sus siete tripulantes: cinco norteamericanos, un ruso y un francés. Michael Foale, que llegó a la Mir en Mayo y ha vivido la serie negra de percances sufridos por la estación, debe regresar a la Tierra en el Atlantis y será reemplazado por su compatriota David Wolf. La fecha del encuentro no debería verse modificada por la nueva avería, según la portavoz del Centro de Control.

Domingo, 21 de Septiembre de 1997
La carrera espacial de los pobres. La Mir, «remendada» con ordenadores viejos.
Dentro de cien años, cuando los humanos colonicen las estrellas, los libros de Historia recordarán a la MIR como un ejemplo extremo de lucha contra la adversidad en el espacio.
A finales del siglo XX, la estación orbital rusa sólo demuestra que es posible mantener un viejo artefacto girando a 400 kilómetros de la Tierra a base de apaños técnicos, chapuzas y piezas usadas. Con su camarote espacial de los Hermanos Marx, Rusia está desmitificando la carrera espacial y ha demostrado al mundo que los pobres también pueden aspirar a las estrellas.
La MIR funciona con ordenadores dignos de figurar en un museo informático. El cerebro actual, que ha fallado cinco veces, fue fabricado en 1989, cuando los computadores funcionaban con procesadores 286, la prehistoria de la informática. El esforzado comandante Soloviov realizó la última reparación con piezas de segunda mano. Pero los rusos no piensan rectificar aunque el mundo siga riéndose de su MIR. Dos ordenadores usados modelo Salut-58, fabricados en los años ochenta, serán enviados a finales de septiembre en el transbordador estadounidense Atlantis y el carguero espacial Progress-36 para sustituir al actual Matusalén informático. A Groucho le habría gustado la idea. El problema es siempre el mismo. Dinero.
Los técnicos de la compañía Energía, sucesores de los que diseñaron los Salut-58, explican que no hay rublos para fabricar un nuevo software que sirva para los ordenadores de la MIR. La única chapuza posible es sustituirlos por los usados Salut, -que disfrutaban de su merecida jubilación en un almacén terrestre-, porque son los únicos compatibles con la actual computadora de la estación, cuyo venerable programa data del año 1986 -otra vez, la prehistoria-.
El ingeniero informático Kostantín Lantrátov, del Centro espacial Jrúnichev, explica que un simple ordenador personal -como el que se utiliza para redactar esta crónica- bastaría para gobernar la MIR, con una notable ganancia de tiempo, peso y desastres espaciales. Pero el milagro de la modernidad no es posible a bordo de la anciana estación ex-soviética. Es demasiado tarde. No hay tiempo. Ni, por supuesto, dinero. Rusia sigue haciendo maravillas con un puñado de rublos.

Martes, 23 de Septiembre de 1997
La estación Mir sufre su cuarta avería en menos de un mes.
Al Gore y Viktor Chernomirdin anuncian, sin embargo, que la colaboración entre rusos y americanos seguirá adelante. El arcaico cerebro soviético que gobierna la Mir volvió a convetir la estación espacial rusa en una viñeta de humor negro, por cuarta vez en el mes de Agosto.
El coma informático, que se produjo a la 1.37 GMT del lunes, se debe a las piezas de segunda mano implantadas en uno de los dos bloques electrónicos del ordenador central, lo que ha provocado, por séptima vez consecutiva, la pérdida de orientación de la Mir hacia el sol.
Los paneles que transforman la energía solar en electricidad, han dejado de alimentar los acumuladores de energía, reduciendo drásticamente el suministro eléctrico a bordo. Como en las anteriores ocasiones, la tripulación del comandante Soloviov desconectó los sistemas eléctricos para ahorrar energía, incluido el generador de oxígeno Elektron. Para poder respirar, los astronautas queman barras de combustible sólido y producen oxígeno. El nuevo accidente se produce seis días antes de la llegada del transbordador estadounidense Atlantis, que debería permanecer acoplado a la Mir durante tres días, si es que el vetusto ordenador central lo permite.
El astronauta de la NASA Michael Foale será reemplazado tras el acoplamiento por su colega David Wolf. Pero el nuevo fallo de la computadora de la Mir pone en riesgo la cita espacial, que podría ser aplazada.
El vicedirector de la Agencia Espacial Rusa, Viktor Blagov, dijo ayer que los astronautas repararán uno de los dos bloques averiados del ordenador en 24 horas. Si lo logran, el Atlantis podrá acoplarse el 28 de septiembre. «Mientras el sistema de girodinos (que mantiene la orientación al sol) y el de estabilización automática sigan sin funcionar, la maniobra de acoplamiento con el Atlantis es imposible», aseguró.
Blagov reveló, además, que una «nube marrón» ha aparecido en uno de los laterales de la Mir. Según los expertos, podría tratarse de la despresurización de uno de los motores de la estación, lo que imprimiría un nuevo giro de tuerca en la dramática situación que padece la Mir.
A pesar de la larga cadena de accidentes que ha sufrido, Estados Unidos continuará prestando su apoyo al programa ruso-americano. La decisión, anunciada ayer por el vicepresidente norteamericano Al Gore, y el primer ministro Viktor Chernomirdin, reviste especial importancia, porque se produce tras el último accidente. El director general de la Agencia Espacial Rusa, Yuri Kóptev, afirmó que la Mir es segura, «pese a los frecuentes fallos».

Viernes, 26 de Septiembre de 1997
Los americanos «salvan» la Mir. La NASA confía en la estación rusa y envía a su astronauta Wolf.
La NASA decidió a última hora enviar a otro astronauta americano, David Wolf, a la maltrecha estación espacial Mir. Cuando ya casi comenzaba la cuenta atrás, Wolf se incoporó a la tripulación de siete astronautas que ayer por la noche (cuatro de la madrugada de hoy, hora española) tenía previsto despegar a bordo del transbordador Atlantis.
La decisión de la NASA es un balón de oxígeno para los rusos, que esperan como agua de mayo la llegada del Atlantis y de David Wolf para poder reparar los graves desperfectos en la Mir (en siete meses ha sobrevivido a un fuego, a una colisión, a un apagón del ordenador central y a un fallo del generador de oxígeno).
MISION CLAVE.- La nueva misión es también decisiva para la continuación de la entente espacial entre americanos y rusos y para el proyecto de la futura estación flotante internacional, que empezará a construirse el próximo año.
El director del proyecto Mir-Shuttle, Valery Ryumin, respiró con alivio y congratuló a sus socios por la arriesgada decisión: «Nunca dudé de que los americanos decidirían seguir estando presentes en la Mir».
Rufina Amossova, portavoz del Centro de Control de Vuelos (CCV) de Moscú, declaró: «La operación está completamente operativa y no existen contraindicaciones para trabajar en la Mir», informa Julio Fuentes.
El astronuata David Wolf reemplazará pues sobre la marcha a Michael Foale, que lleva cuatro meses y medio en la Mir y ha sido testigo excepcional del rosario de accidentes y problemas técnicos que estuvieron a punto de forzar la evacuación el pasado mes de junio. La conveniencia o no de enviar un nuevo astronauta americano, por motivos de seguridad, llegó la semana pasada hasta el Capitolio. El presidente Clinton dejó la decisión final en manos de Daniel Goldin, administrador de la NASA.
A falta de 12 horas para el lanzamiento del Atlantis, Goldin anunció en Cabo Cañaveral el envío de David Wolf, que hasta el último momento estuvo en el banquillo de reservas.
«La decisión de mandar un nuevo tripulante obedece a razones científicas, y no a motivos políticos o emocionales», aseguró Goldin. «La decisión no debe estar condicionada por el miedo, y lo cierto es que tenemos las garantías científicas y técnicas de que la misión será segura».
«Seguiremos colaborando estrechamente con los rusos», añadió Goldin, «porque de esta misión y de las que vengan después depende el lanzamiento en junio de 1998 del primer elemento de la estación espacial internacional».
El astronauta Thomas Stafford, con experiencia sobrada en los Gemini y los Apolo, dirigió el estudio de seguridad de la NASA y concluyó que el riesgo para Wolf será «mínimo» comparado con cualquier misión espacial.
David Wolf, protagonista involuntario de esta odisea espacial, expresó en todo momento su deseo de viajar, aun a sabiendas de los riesgos. «Nos vemos en cinco meses», fueron sus últimas palabras telefónicas a su amigo más próximo.
Wolf, 41 años, ingeniero, pasó un año entero de preparación en Rusia. En las últimas semanas ha sido especialmente instruido en el mecanismo de evacuación (la Mir lleva a bordo una cápsula Soyuz que podría ser usada para regresar a la Tierra en caso de emergencia).

Domingo, 28 de Septiembre de 1997
En el transbordador espacial viaja el estadounidense David Wolf, que reemplazará a su compatriota Michael Foale - Llega con un cargamento de baterías y un equipo de urgencia para tapar «agujeros»
El «Atlantis» se acopla con éxito a la vieja Mir para llevarle refuerzos Un astronauta, un ordenador y una tonelada de agua renuevan la estación.
«Lo conseguimos, Houston». La voz del comandante Jim Wetherbee fue acogida con grandísimo alivio en el centro de control de la NASA. El transbordador Atlantis y la estación MIR acababan de consumar su sexto acoplamiento, el más arriesgado hasta la fecha por el sinfín de problemas técnicos que ha sufrido en los últimos meses la nave rusa.
En los decisivos momentos finales, el ordenador central de la MIR funcionó irregularmente, pero no hasta el punto de frustrar la maniobra. Los pilotos del Atlantis tuvieron que esmerarse y corregir levemente su trayectoria. El abrazo espacial se consumó tres minutos más tarde de lo previsto (a las diez de la noche de ayer, hora española).
El mal fario de la MIR se esfumó pues con la llegada del «amigo americano». El Atlantis fue recibido con los honores de un bote salvavidas. Además de un astronauta americano de refresco, David Wolf, el transbordador ha llevado hasta la estación espacial un nuevo ordenador central, un cargamento de baterías y un equipo de urgencia de 2.270 kilos para tapar los «agujeros».
El día comenzó musical y jubiloso a bordo del Atlantis: los astronautas americanos se despertaron con Bruce Springsteen y Dancing in the dark. «Ha llegado el momento del delicado baile en la oscuridad», les apremiaron desde Houston.
Ocho horas tardaron en acortar los 600 kilómetros que aún les separaba de la MIR y marcarse un baile lleno de riesgos: la estación rusa languidecía en órbita como un enfermo convalenciente. Su ordenador central había fallado tres veces en la última semana y no ofrecía excesivas garantías.
Los controladores de Houston y sus colegas rusos de Korolyov cruzaron los dedos. Les sonrió la suerte, a 400 kilómetros sobre el Mar Caspio. El júbilo fue casi comparable al primer abrazo histórico, va ya para dos años.
David Wolf, el hombre de relevo, pudo estrechar la mano de Michael Foale, el americano que durante cuatro meses y medio ha sobrevivido -junto a cuatro astronautas rusos- al cúmulo de desgracias de la MIR: un fuego, fallos en el suministro de oxígeno, «caídas» del ordenador central y una colisión con una nave de carga que a punto estuvo de forzar la evacuación. El envío de David Wolf ha provocado en Estados Unidos una tormenta política: los republicanos intentaron bloquear la misión en el Capitolio por considerarla de «alto riesgo». La NASA, con el visto bueno de sus expertos en seguridad, decidió jugársela a última hora y embarcar a Wolf en Atlantis.
De no haberlo hecho, la «entente» espacial entre americanos y rusos habría quedado seguramente en suspenso.
En Rusia «tocan madera»
MOSCU Todo estába preparado en la estación orbital Mir para uno de los acoplamientos más comprometidos de la carrera espacial rusa.
Una vez superados los temores de la NASA sobre la seguridad en el complejo espacial, los tripulantes de la Mir Anatoli Soloviov, Pavel Vinogradov y Michael Foale preparaban la llegada de sus colegas a bordo del transbordador Atlantis. Los astronautas han cambiado sus horarios de trabajo para estar bien despiertos durante el acoplamiento, que tuvo lugar cerca de la medianoche rusa.
A pesar de la larga serie de accidentes ocurridos desde el mes de junio, los responsables del Centro de Control de Vuelos de Moscú mantienen su confianza en la estación. «No tenemos ningún problema técnico por el momento, toquemos madera», aseguraba el viernes el director adjunto de Vuelos Tripulados Viktor Blagov. «En cualquier caso, la seguridad de los cosmonautas está más que garantizada», rezaba ayer un comunicado oficial citado por Itar-Tass.

Jueves, 2 de Octubre de 1997
La tripulación de la Mir inicia el recambio del ordenador central. Un ruso sale al espacio desde el «Atlantis»
La vieja Mir ya tiene un nuevo cerebro, aunque pertenece a la misma generación que su antecesor, -finales de los años ochenta- está sin estrenar. La ciencia rusa no disponía de tiempo, dinero, ni recursos técnicos para fabricar un nuevo software que sirviera para los ordenadores de la estación orbital, y la instalación de otro sistema informático habría requerido reparaciones de mayor envergadura. Desde el pasado mes de junio, la Mir ha quedado en varias ocasiones a la deriva (sin energía ni orientación al Sol) por el mal funcionamiento de su obsoleto ordenador central.
La operación de sustitución de una computadora por otra consumió varias horas, los astronautas rusos sustituyeron la vieja máquina soviética que gobernaba la Mir por un nuevo sistema informático denominado Salut-58.
«La tripulación empezó a desconectar la computadora hoy (por ayer) y espera tener la nueva lista y funcionando mañana (por el jueves) o el viernes», dijo una portavoz del Control de la Misión.
EL RUSO Y EL NOVATO.- «Todo marcha de acuerdo con lo planeado y los cosmonautas están de muy buen humor», agregó. Desde que la Mir sufrió su peor accidente el 25 de junio, al chocar con una nave de abastecimiento -la Progress-34-, la computadora ha fallado en varias ocasiones dejando la nave sin la necesaria orientación hacia el Sol.
En la actualidad la estación permanece orientada por los motores del Atlantis, una práctica común durante los seis previos acoplamientos entre las dos naves.
El nuevo cerebro de la estación orbital llegó hasta la Mir a bordo del transbordador estadounidense Atlantis. Por si este dejara de funcionar, los responsables del programa espacial ruso enviarán un ordenador de reserva en un carguero espacial Progress, que despegará el 5 de Octubre.
PASEO DESDE EL ATLANTIS.- Por su parte, el veterano cosmonauta Vladimir Titov se puso ayer un traje espacial estadounidense y se preparaba para la primera caminata espacial de un ruso desde un transbordador norteamericano. Titov, quien realizó tres caminatas especiales en 1988 durante una misión en la estación Mir, estará acompañado en la expedición de cinco horas por el estadounidense Scott Parazynski, un novato en este tipo de maniobras.
Los dos hombres tenían prevista su salida al espacio para las 20.55 hora española. Lo harían desde el Atlantis, que permanece acoplado a la Mir desde el sábado pasado.
Dos astronautas estadounidenses han salido al espacio exterior con trajes rusos desde la Mir, pero esta será la primera ocasión en que un cosmonauta ruso utilice un traje estadounidense. El objetivo de la caminata será la recolección de dos experimentos científicos colocados en el exterior de la Mir en 1995, así como asegurar una cubierta especialmente diseñada que podría usarse para reparar una perforación en el módulo Spektr de la estación.

Sábado, 4 de Octubre de 1997
Hallan la fisura por donde pierde presión el módulo de la Mir.
Las cámaras del transbordador estadounidense Atlantis hallaron ayer el punto por donde se despresurizó el módulo científico de la estación Mir. El desperfecto se produjo en Junio tras la colisión con una nave de carga. La fisura parece estar, como se sospechaba, en la fijación al casco de uno de los paneles solares de la Mir, según el Centro de Control de Vuelos de la Nasa.
El Atlantis se separó ayer de la estación y giró alrededor varias veces para intentar detectar el punto de fuga. Mientras tanto, la tripulación de la Mir inyectaba aire en el módulo científico Spektr para que por la fisura se escaparan partículas visibles desde el transbordador.

Lunes, 6 de Octubre de 1997
La «Progress M-36» también llevará a la estación orbital rusa carburante y alimentos. Un ordenador de repuesto para la Mir.
La estación orbital rusa Mir tendrá dentro de pocas horas un ordenador de repuesto. La Agencia Espacial Rusa lanzó ayer la nave de cargo Progress M-36 con un nuevo ordenador y varias toneladas de material, en las que se incluye carburante y productos alimenticios. La llegada de la nave no tripulada se producirá dos días después de la partida del transbordador estadounidense Atlantis, que abandonó la estación rusa el pasado viernes. Gracias al Atlantis, el complejo orbital dispone de un ordenador en perfectas condiciones, que sustituye al que causó buen número de averías durante los dos últimos meses.
El aterrizaje del transbordador espacial Atlantis, previstó para ayer por la noche, concluirá una difícil misión de diez días en el espacio que se cierra con un éxito total, a pesar de las dificultades de la estación rusa Mir. «Todos los sistemas están preparados y funcionan bien», señaló George Diller, un portavoz de la NASA horas antes del aterrizaje en el Centro Espacial Kennedy, en Cabo Cañaveral (Florida).
A pesar de que el Atlantis ha llevado a la Mir un nuevo ordenador, las autoridades de la Agencia Espacial de Moscú han querido enviar un ordenador de repuesto, ya que la estación permanecerá cuatro meses en órbita hasta la llegada del próximo vuelo tripulado. La nave de carga Progress M-36 también abastecerá a los tripulantes de la Mir del material necesario para reparar el módulo científico Spektr. Este módulo, lugar de trabajo de los astronautas estadounidenses que habitan la Mir, resultó gravemente dañado durante la colisión espacial sufrida el pasado 25 de junio, cuando una nave idéntica a la lanzada ayer, la Progress M-34, chocó contra el Spektr abriendo una fisura. El módulo quedó despresurizado y todo el material científico que portaba -incluyendo los objetos personales de su antiguo inquilino, el cosmonauta Michael Foale- quedaron inutilizados o salieron flotando al espacio exterior.
Hace apenas una semana, la NASA envió al sustituto de Foale con el objetivo de continuar su proyecto de investigación espacial. Para ello es imprescindible la reparación del módulo Spektr, donde el nuevo tripulante norteamericano, David Wolfe, reanudará el trabajo de su antecesor.

Miércoles, 5 de noviembre de 1997 Nuevo «error humano» de los tripulantes de la estación espacial Mir.
Los astronautas dejaron mal cerrada una de las escotillas durante el último intento de reparar las múltiples averías Un nuevo error humano de los tripulantes de la Mir, que esta vez dejaron mal cerrada un escotilla tras una caminata espacial, añade otro capítulo al accidentado historial de la plataforma espacial rusa, cuyo plazo de vida útil inicial expiró hace seis años.
El jefe del programa de vuelo, Vladimir Soloviov, afirmó ayer que la escotilla de la esclusa situada en el módulo Kvant-2 no fue cerrada herméticamente tras el paseo espacial de seis horas y cinco minutos realizado el pasado lunes por los cosmonautas rusos Anatoli Soloviov y Pavel Vinogradov.
Soloviov subrayó, sin embargo, que ni la estación espacial ni los dos cosmonautas rusos, ni el tercer tripulante, el estadounidense David Wolf, corren peligro tras el incidente, que la Radiotelevisión rusa calificó de «grave». Según el jefe del programa de vuelo de la estación, el desperfecto fue detectado cuando la tripulación de la plataforma comenzó a insuflar aire en el habitáculo que se utiliza como esclusa para salir al espacio exterior. «Actualmente la presión [en la esclusa] es de 150-170 milímetros, cuando la norma es por lo menos de 550 milímetros. Ello significa que hay una fuga», dijo Soloviov.
No obstante, los técnicos rusos decidieron ayer que el programa de trabajo de los moradores de la plataforma no será alterado y el próximo jueves los cosmonautas rusos realizarán la caminata espacial que estaba prevista.
El plan inicial consistía en instalar una nueva batería solar que compensara la batería que quedó averiada durante la colisión de la nave de carga Progress TM-34 contra el módulo Spektr el pasado 25 de junio.

Domingo, 23 de Noviembre de 1997
Por otra parte, las sucesivas averías en la estación orbital Mir amenazan con aplazar la próxima caminata espacial, prevista en el programa de investigaciones ruso-estadounidense para el día 5 de Diciembre.
Vladimir Soloviov, jefe de la misión, reconoció que se está estudiando un posible aplazamiento de la salida al espacio abierto y señaló que la fecha definitiva será anunciada mañana.
Durante esa salida al espacio, el norteamericano David Wolf y Anatoli Soloviov deberán sustituir los equipos de investigación norteamericanos instalados en el exterior de la Mir e intentarán restablecer el hermetismo de la compuerta de salida del módulo Kvant-2, que se utiliza para los «paseos» al exterior.

AÑO 1998
Jueves, 29 de Enero de 1998
Se busca intérprete de ruso a bordo de la estación espacial Mir
La tripulación rusa que parte hoy dice que le será «muy difícil» entenderse con el astronauta de EEUU.
El astronauta francés Leopold Eyharts y dos cosmonautas rusos obtuvieron ayer la autorización final para su misión en la estación espacial Mir. Los responsables de la vieja plataforma, pues, siguen en su empeño de alargar su vida a pesar de los continuos problemas que ha dado. Si bien, en esta ocasión, esos problemas parecen bien distintos.
«Lo principal ahora es acoplarse al trabajo», dijo ayer el nuevo comandante de la Mir, Talgat Musabayev, de 47 años, quien junto al ingeniero de vuelo Nikolai Budarin, de 44, pasará seis meses de continuas reparaciones en la vetusta estación.
El comentario no era gratuito. Musabayev expresó algunas preocupaciones acerca de su futuro compañero estadounidense, Andrew Thomas, quien llegó a la Mir el pasado fin de semana a bordo del transbordador Endeavour, para iniciar una misión de cuatro meses en el espacio.
Thomas ha tenido menos entrenamiento, especialmente en el aprendizaje del idioma ruso, indicó Musabayev, aunque dijo que confía en que la tripulación podrá trabajar conjuntamente en órbita.
Al preguntarsele acerca de las quejas de Thomas de que su traje espacial ruso no le queda a la medida, Musabayev respondió: «Es un problema menor; no vale la pena hablar de eso». Sin embargo, admitió que será mas difícil trabajar con Thomas que con los otros, debido a que se incorporó a la misión el año pasado.
ASTRONAUTA REEMPLAZADA.- La oficial de la marina Wendy Lawrence estaba preparada para volar, pero tuvo que ser reemplazada debido a que es demasiado pequeña para los trajes espaciales rusos que se necesitan en caso de tener que llevar a cabo una caminata espacial para ayudar en las reparaciones.
David Wolf, quien estaba entrenando con Musabayev y Budarin, tuvo que tomar el puesto de Lawrence, por lo que Thomas adelantó su viaje. El comandante ruso dijo que el poco dominio de Thomas del idioma suyo ya causó problemas en el entrenamiento.
«Entendemos que será muy difícil para nosotros trabajar con él, pero conociendo su determinación y su gran profesionalismo pienso que podremos realizar la tarea», apuntó.
Por su parte, el francés Eyharts pasara tres semanas conduciendo experimentos científicos como parte del programa Pegaso de la dirección espacial francesa CNES, antes de regresar con la actual tripulación rusa de la Mir, compuesta por Anatoly Solovyov y Pavel Vinnogradov.
Mientras esta tripulación de reserva llega a la Mir, el astronauta Andrew Thomas solucionó por fin ayer sus problemas con el traje espacial, que tuvo que ser remendado para poder ajustarse a sus medidas.
Aunque los uniformes espaciales son hechos a medida, el cuerpo humano a veces se estira ligeramente en el espacio -debido a la ausencia de gravedad- por lo que Thomas se sentía muy ajustado dentro de él.
«Como un guante», comentó ayer Thomas, tras probar el traje espacial ruso con los nuevos arreglos. ALGO JUSTO.- También se había comentado que los arreglos que Thomas solicitó en su última prueba, en noviembre, no habían sido realizados correctamente. Aunque algunos rumores apuntan a que el astronauta sufrió un aumento de peso desde entonces.
El transbordador espacial estadounidense Endeavour, acoplado a la Mir desde el pasado sábado, se separará de la estación orbital hoy.
Thomas será el séptimo y último astronauta de la NASA que permanecerá una temporada en la estación orbital rusa. El aterrizaje del transbordador está previsto para el mismo sábado, tras una misión de 10 días en el espacio, la mitad de ellos acoplado a la estación.

Miércoles, 26 de agosto de 1998.
El político ruso de la «Mir» asegura que está «mejor en el espacio» Yuri Baturin, un antiguo consejero de Yeltsin que ha pasado 12 días en la estación, regresó ayer a la Tierra. Yuri Baturin, el primer político astronauta de Rusia, ha aterrizado en la dura realidad de su país tras una corta permanencia a bordo de la estación orbital Mir. Baturin tomó tierra ayer en la estepa de Kazajastán tras una estancia de 12 días a bordo de la Mir. El político, antiguo asistente de Boris Yeltsin y entusiasta de la ciencia aeroespacial, regresó a la Tierra acompañado de dos veteranos cosmonautas rusos que han pasado siete meses en órbita. «Estoy bien, pero estoy mejor en el espacio», aseguró un sonriente Baturin tras ser examinado por los médicos. El consejero presidencial no se mostró sorprendido por los cambios acontecidos en el país la pasada semana, cuando la devaluación del rublo y la destitución del Gobierno en pleno agravaban la crisis. Sus compañeros de vuelo, el comandante Talgat Musabayev y el ingeniero Nicolai Budarin, por el contrario, describieron la jornada del pasado domingo -día del cese del Gobierno- como «extraña». Baturin y sus compañeros recibieron las felicitaciones del presidente ruso Boris Yeltsin, quien en un telegrama se mostraba satisfecho con el trabajo de los astronautas, «que asienta unas buenas bases para los futuros vuelos».

AÑO 1999
Viernes, 27 de Agosto de 1999
Abandonó la Mir la última tripulación
Dos rusos y un francés le dijeron "do svidanya" ("adiós") a la estación orbital que quedará desocupada hasta que a principios del 2000 Moscú decida si la mantiene o la derriba.
La estación orbital rusa Mir, símbolo en su tiempo del poderío espacial de la Unión Soviética, quedó hoy definitivamente deshabitada después de 13 años, seis meses y ocho días de servir a la ciencia y a la tecnología.
A las 18:01 GMT, dos cosmonautas rusos y un francés abordaron una cápsula Soyuz, cerraron por última vez la escotilla y a las 18:10 se separaron para regresar esta noche a tierra.

"Nos vamos con un sentimiento de gratitud (hacia la Mir), pero a la vez de tristeza porque este es también un pedazo de Rusia", declaró esta tarde emocionado el comandante, Víctor Afanasyev, de 51 años, en una última transmisión de televisión.
Afanasyev, que con su estancia completó 742 días en órbita y se convirtió en el hombre que más tiempo vivió en el espacio, saludó a la cámara con la mano y una sonrisa mientras él y sus compañeros Sergei Avdeyev, de 43 años, y el francés Jean-Pierre Haignere, de 51, cerraban definitivamente la escotilla de la Mir tras abordar la cápsula Soyuz con la que regresaron a Tierra.

La veterana estación tiene combustible e impulsores en condiciones de mantenerla en órbita por telecomando durante varios meses más mientras Moscú acelera sus intentos por conseguir financiación para preservarla activa.
La búsqueda de quien quiera aportar los 250 millones de dólares que cuesta su mantenimiento anual fue hasta ahora infructuosa pese al interés que mostró inicialmente un realizador cinematográfico y a que los propios empleados de la industria espacial rusa ofrecieron donar parte de sus sueldos.
Si no ocurre antes un milagro, en el primer trimestre del 2000 la Mir será derribada para que se calcine al reingresar en la atmósfera y caigan en el mar los trozos que pudieran sobrevivir a los 2.000 grados de temperatura que genera la fricción contra el aire a grandes velocidades.
Como los impulsores que tiene la estación son insuficientes para frenarla y precipitarla a la atmósfera, el centro de control en Korolev, cerca de Moscú, estudia si bastará enviar un carguero equipado con cohetes especiales o deberá ir antes otra tripulación para hacer manualmente los preparativos.

En sus, hasta hoy, 4937 días en el espacio, la Mir viajó 3.311.280.000 kilómetros en más de 77.000 vueltas alrededor de la tierra.
La habitaron 104 cosmonautas y astronautas, de una decena de nacionalidades diferentes, que llegaron a ella en 29 naves Soyuz y ocho acoplamientos del transbordador norteamericano para ensayar, 23.000 experimentos sobre, entre otras cosas, medicina espacial, tecnología, y astronomía.
Las estancias de promedio a bordo fueron de cuatro meses por tripulante, pero Valery Polyakov fue el huésped que más tiempo consecutivo pasó a bordo: 438 días.

AÑO 2000
Jueves, 13 de Enero de 2000
Preparan una misión extra hacia la Mir.
Dos cosmonautas irían a finales de marzo por 45 días, precedidos por dos cargueros Progress. Una empresa norteamericana pagó por el viaje y está en negociaciones para alquilar o comprar la estación.
La Agencia Espacial Rusa (RSA) anunció que acaba de aprobar formalmente un vuelo tripulado fuera de programa hacia la abandonada estación orbital Mir, y que sólo espera la autorización del gobierno para seguir adelante con los planes.
Aunque Rusia no consiguió reunir los capitales privados que necesitaba para evitar verse obligada a destruir la veterana estación, se sabe que esta imprevista misión es parte de un acuerdo reservado con la empresa norteamericana Gold & Appel.
La firma admitió haber girado a Moscú un anticipo de siete millones de dólares, como parte de una inversión total por 20 millones para el lanzamiento de una nave Soyuz dentro de dos meses.
Funcionarios de la RSA confirmaron la transacción con Gold & Appel y agregaron que siguen las conversaciones para un posible alquiler o venta de la Mir a esa empresa.
Gold & Appel, con oficinas en la capital norteamericana, ha invertido capitales en el área de la alta tecnología y en empresas de comunicaciones.
El mantenimiento anual de la Mir ronda los 250 a 300 millones de dólares.
La RSA espera que el gobierno de Moscú dé luz verde la próxima semana para lanzar la Soyuz el 30 de marzo, con el comandante Sergei Zaletin y el ingeniero de vuelo Alexander Kaleri, para permanecer a bordo de la Mir 45 días.
La misión requerirá el envío previo de dos cargueros automáticos Progress, el primero de los cuales partiría a fines de este mes, y según fuentes de la RSA la estancia podría extenderse si aparecieran nuevos fondos.
La Mir gira a 400 kilómetros de altura sin tripulantes desde el 27 de agosto de 1999, cuando dos rusos y un francés cerraron su escotilla por última vez.

Viernes, 21 de Enero de 2000
La Mir se aseguró el futuro hasta Agosto.
Moscú desembolsará 120 millones de dólares y una empresa norteamericana otros 28 millones para enviar dos cargueros automáticos y una tripulación en los próximos tres meses.
El gobierno ruso aprobó los planes de su agencia espacial (RSA) para mantener activa a la estación Mir con capitales privados hasta, por lo menos, agosto de este año.
Yuri Koptev, el más alto responsable de la RSA, anunció que un carguero automático Progress llegará a la estación el 1 de febrero, en abril irá una misión con astronautas y en mayo otro contenedor sin tripulantes.
Por la crisis económica que vive Rusia y por sus 13 años de servicios, la Mir estaba condenada a ser incinerada en la atmósfera en los próximos meses, pero Koptev dijo ahora que el gobierno asignó 120 millones de dólares para que siga en órbita y que los 28 millones de dólares faltantes provendrán de una empresa norteamericana.
Entretanto, la RSA sigue entrenando al comandante Sergei Zaletin y al ingeniero de vuelo Alexander Kaleri, para permanecer a bordo de la Mir 45 días a partir de abril.
La NASA presionó a la RSA para que abandone definitivamente a la Mir y dedique sus escasos recursos a cumplir los compromisos que asumió con la Estación Espacial Internacional, cuya construcción lleva ya dos años de retraso por reiterados problemas de la industria espacial rusa.

Martes, 1 de Febrero de 2000
Revive la Mir: un Progress va hacia ella.
La veterana y maltrecha estación orbital rusa se resiste a la muerte. Hoy lanzaron hacia ella un carguero, como avanzada de un vuelo tripulado que llegará a finales de Marzo.
Alimentada con capitales norteamericanos, la maltrecha y anciana estación espacial Mir empezó hoy a renacer de las cenizas cuando un carguero Progress despegó de Baikonur repleto de pertrechos para la próxima misión tripulada.
El contenedor robotizado, que lleva agua, alimentos, combustibles y otras provisiones vitales, fue lanzado esta madrugada, a las 6:47 GMT, y luego de perseguir a la Mir durante casi dos días debe acoplársele el jueves.
La Mir, con casi 14 años a cuestas y un módulo clausurado luego de un choque hace casi tres años, estaba destinada a ser destruida en la atmósfera a más tardar en marzo del 2000, pero gracias a un sorpresivo desembolso del gobierno ruso y a una inversión norteamericana, el mes próximo en lugar de ver la hoguera recibirá una nueva tripulación permanente.
El comandante Sergei Zaletin y el ingeniero de vuelo Alexander Kaleri están entrenándose para permanecer a bordo 45 días a partir del 31 de marzo.
Moscú tiene renovadas intenciones de mantenerla en órbita en caso de que la firma norteamericana Golden & Appel, que aportó ahora 20 millones de dólares, siga interesada en hacerse cargo de su mantenimiento.

Lunes, 3 de Abril de 2000
Dos cosmonautas listos para rehabilitarla.
Pasarán un mínimo de 45 días buscando fallos y haciendo un inventario de necesidades para que vuelva al servicio. En el primer vuelo espacial tripulado financiado por una empresa privada, dos cosmonautas rusos serán lanzados mañana en una nave Soyuz para que reabran la Mir y hagan un inventario de las necesidades para restituirla al servicio.
El comandante, Sergei Zalyotin , y el ingeniero de vuelo, Alexander Kaleri, partirán a primera hora desde el Cosmódromo de Baikonur al tope de un cohete Protón, y el jueves por la mañana volverán a abrir la escotilla de la estación orbital, que permaneció cerrada los últimos siete meses.
La empresa MirCorp, con sede en Holanda, pagó cerca de 20 millones de dólares para que Zalyotin y Kaleri pasen 45 días en órbita y determinen qué inversión sería necesaria para restablecer la plena capacidad de la plataforma orbital.
MirCorp dice estar en tratativas con varias corporaciones en busca de acuerdos publicitarios, científicos y turísticos para explotar la Mir.
Directivos de la empresa aseguran que las conversaciones están avanzadas con un potencial turista espacial, cuyo nombre no revelaron, que parecería estar dispuesto a pagar 15 millones de dólares por el viaje.
Si las gestiones no tienen éxito, Zalyotin y Kaleri podrían ser los últimos tripulantes de la maltrecha estación que ha girado alrededor de la Tierra desde febrero de 1986, unos siete años más que la vida útil originalmente prevista para ella.
En los últimos tiempos la Mir soportó una sucesión de achaques que hicieron aconsejable abandonarla y derribarla, pero el repentino interés de MirCorp logró prolongarle la vida.
En preparación de la visita fuera de programa que se inicia mañana, un carguero Progress fue enviado y acoplado automáticamente a la Mir hace un par de meses.
Zalyotin dijo que su misión principal es localizar el punto por el que fuga la presión interna desde un accidente ocurrido en 1997, cuando una mala maniobra hizo que un Progress embistiera uno de los módulos y deformara sus puntos de unión con la estación.
Agregó el comandante que, si durante su estancia en órbita se recaudaran más fondos, la misión podría prolongarse hasta agosto.

Martes, 4 de Abril de 2000
Partió hacia la Mir la nueva tripulación.
Los dos cosmonautas fueron lanzados esta mañana y se acoplarán el jueves. Pasarán un mínimo de 45 días buscando fallos y haciendo un inventario de necesidades para que vuelva al servicio.
El primer vuelo espacial tripulado financiado por una empresa privada se inició esta mañana cuando dos cosmonautas rusos fueron lanzados en una nave Soyuz para que reabran la Mir y hagan un inventario de las necesidades para restituirla al servicio.
El comandante, Sergei Zalyotin , y el ingeniero de vuelo, Alexander Kaleri, partieron a primera hora desde el Cosmódromo de Baikonur al tope de un cohete Protón, y el jueves por la mañana volverán a abrir la escotilla de la estación orbital, que permaneció cerrada los últimos siete meses.
Directivos de la empresa aseguran que las conversaciones están avanzadas con un potencial turista espacial, cuyo nombre no revelaron, que parecería estar dispuesto a pagar 15 millones de dólares por el viaje.
Si las gestiones no tienen éxito, Zalyotin y Kaleri podrían ser los últimos tripulantes de la maltrecha estación que ha girado alrededor de la Tierra desde febrero de 1986, unos siete años más que la vida útil originalmente prevista para ella. En los últimos tiempos la Mir soportó una sucesión de achaques que hicieron aconsejable abandonarla y derribarla, pero el repentino interés de MirCorp logró prolongarle la vida.
En preparación de la visita fuera de programa que se inicia mañana, un carguero Progress fue enviado y acoplado automáticamente a la Mir hace un par de meses.
Zalyotin dijo que su misión principal es localizar el punto por el que fuga la presión interna desde un accidente ocurrido en 1997, cuando una mala maniobra hizo que un Progress embistiera uno de los módulos y deformara sus puntos de unión con la estación. Agregó el comandante que, si durante su estancia en órbita se recaudaran más fondos, la misión podría prolongarse hasta Agosto.

Jueves, 6 de Abril de 2000
La Mir, otra vez activa después de 8 meses.
Una falla en el sistema automático de aproximación final obligó a los cosmonautas Sergei Zalyotin y Alexander Kaleri a completar manualmente la maniobra. Minutos después entraron en la deshabitada estación. Casi ocho meses después de vagar por el espacio deshabitada y condenada a morir en la hoguera, la veterana estación espacial rusa Mir revivió esta mañana cuando recibió a sus dos nuevos ocupantes.
El comandante, Sergei Zalyotin, y el ingeniero de vuelo, Alexander Kaleri, que partieron el martes del Cosmódromo de Baikonur, ensayaron una aproximación automática pero una falla los obligó a recorrer manualmente los últimos dos metros hasta acoplarse.
"Felicitaciones, muchachos. Lo hicieron", les dijo, en medio del aplauso de los técnicos, el jefe del centro de control, Vladimir Solovyov.
Minutos después, Zalyotin y Kaleri abrieron la escotilla que en agosto pasado cerró por última vez Víctor Afanasyev, comandante de la misión anterior.
El regreso de cosmonautas a la Mir hizo reverdecer el optimismo de la Agencia Espacial Rusa (RSA), que el año pasado anunció que la estación sería destruida en la atmósfera en marzo del 2000 si no aparecía un interesado en pagar los 250 millones de dólares anuales que cuesta su mantenimiento.
Después del acuerdo con esa firma, la RSA postergó indefinidamente la fecha de destrucción de la Mir y se aseguró la propiedad y el uso científico del laboratorio espacial.

Viernes, 12 de Mayo de 2000
Descubren daños en una caminata espacial.
Zalyotin y Kaleri vieron metal chamuscado en la base de un panel solar, pero al parecer no pudieron encontrar el lugar por el que fuga oxígeno de la Mir.
En la primera caminata espacial de la historia financiada con fondos privados, los tripulantes de la Mir localizaron esta mañana una de las averías que buscaban pero no pudieron encontrar la perforación por la que fuga oxígeno hacia el espacio.
El comandante, Sergei Zalyotin, y el ingeniero de vuelo, Alexander Kaleri, que rehabilitaron la estación hace poco más de un mes tras el primer lanzamiento pagado por una empresa, permanecieron seis horas examinando sin aparente éxito el exterior del módulo Kvant, del que se cree escapa el oxígeno.

El módulo Kvant fue severamente dañado por el choque accidental de un carguero Progress hace casi tres años, y desde entonces está clausurado para impedir que la fuga afecte a toda la estación.
Zalyotin y Kaleri llevan un adhesivo especialmente elaborado para sellar la avería, en caso de que den con ella.
Sin embargo, al inspeccionar la base de uno de los paneles solares fuera de servicio, los cosmonautas descubrieron un cable chamuscado y quemaduras en el metal adyacente, presumiblemente por un cortocircuito.
Esa descarga eléctrica debió haber sido la culpable de que fallara el panel después de haber sido reemplazado en 1995.
La caminata se inició a las 10:44 GMT de esta mañana, y concluyó 4 horas más tarde.

Martes, 13 de Junio de 2000
Habrá otra misión a la estación Mir este año.
Dos cosmonautas financiados con dinero privado la visitarán probablemente en noviembre, y anuncian varios vuelos para el 2001. Mientras la primera tripulación financiada con fondos privados empieza a empacar para regresar a casa pasado mañana, la empresa multinacional que intenta sostener con vida a la maltrecha estación espacial rusa anunció que otros dos cosmonautas habitarán la Mir antes de fin de año.
Según la firma MirCorp, los rusos Pavel Vinogradov y Salizhan Sharipov, entrenados como tripulación suplente de los actuales habitantes de la Mir, irán al espacio a fines de noviembre para acoplarse a la estación probablemente el 30 de ese mes y permanecer en ella un tiempo no precisado aún.
Por su parte, Sergei Zalyotin y Alexander Kaleri, que reabrieron la Mir el 6 de abril último, son esperados de regreso en tierra pasado mañana, a las 0:40 GMT del viernes.

Ambos sellaron una pérdida de oxígeno del módulo Kvant causada por un accidente hace tres años, reemplazaron baterías y desarrollaron experimentos científicos, en una misión pagada por inversores de varias nacionalidades agrupados en MirCorp. La empresa, que intenta preservar activa la Mir para fines comerciales, anticipó también que hay planes para dos o tres nuevas misiones en el 2001, alguna de las cuales incluirían a los primeros turistas.
Aunque el boleto hacia la plataforma orbital cuesta 20 millones de dólares para una estancia de diez días, "las negociaciones con potenciales clientes son arduas, no por el precio sino por el tiempo que demanda el entrenamiento", explicó Jeff Manber, presidente de MirCorp. Con el próximo lanzamiento la firma le salvará la vida por segunda vez a la achacosa estación orbital.
La Agencia Espacial Rusa (RSA) había resuelto derribarla para que se incinerara en la atmósfera en marzo último, pero MirCorp obligó a desechar los planes al conseguir fondos para lanzar hace un par de meses a Zalyotin y Kaleri.
La nueva fecha límite fue corrida entonces para agosto próximo, pero con el vuelo anunciado hoy la RSA deberá posponerla para el 2001, por lo menos.

Jueves, 15 de Junio de 2000
Desde hoy queda otra vez deshabitada la Mir.
Zalyotin y Kaleri se desacoplarán a las 21:22 GMT y aterrizarán a las 0:43 GMT de mañana. El próximo vuelo será a fines de noviembre.
Los dos cosmonautas que llegaron a la Mir para pasar 45 días financiados por capitales privados y se quedaron más de dos meses, regresarán a casa esta noche después de haber reemplazado baterías, sellado una pérdida de aire y completado experimentos científicos.
El comandante Sergei Zalyotin y el ingeniero de vuelo Alexander Kaleri, pasarán esta tarde a su nave Soyuz TM-30 y a las 19:10 GMT cerrarán la escotilla entre ambas naves.
En sus 70 días en órbita, Zalyotin y Kaleri protagonizaron la primera caminata espacial pagada por una empresa privada para localizar y sellar una grieta por la que fugaba oxígeno del módulo Kvant.
La fisura fue causada en junio de 1997 por una mala maniobra con un carguero automático Progress-M, que terminó en un dramático choque a 400 kilómetros de altura. Además reemplazaron baterías y desarrollaron experimentos científicos.
Los dos cosmonautas comenzaron los preparativos hace un par de semanas, cuando trasladaron equipo desechable y otros desperdicios hasta un carguero Progress que les llevó provisiones antes de que ellos llegaran y que todavía está acoplado a la Mir.
Los Progress, unos contenedores robotizados que usa la Agencia Espacial Rusa (RSA) para enviar a la estación orbital carga que no puede llevarse en las cápsulas tripuladas Soyuz, sirven de tachos de basura una vez que se vacían sus bodegas.
En este caso el carguero será telecomandado desde el Centro de Vuelos Korolev, cerca de Moscú, para que se desacople y se incinere contra la atmósfera una vez que los cosmonautas hayan aterrizado.
Zalyotin y Kaleri desactivarán también los sistemas innecesarios durante el período de inactividad de la Mir, incluidos el generador del aire que respiran a bordo y la unidad que lo hace circular por todos los módulos de la estación.
Sólo quedarán funcionando los equipos de comunicaciones, de control de temperatura y carga eléctrica, y un acondicionador de aire diseñado para secar la atmósfera y evitar así el efecto corrosivo de la humedad.
Como este equipo consume una gran cantidad de energía, hasta que sea apagado por telecomando desde tierra la Mir continuará volando en "posición activa", es decir, con los paneles fotoeléctricos en su máxima exposición al sol.
Desde hace unos días ambos están vistiendo unos trajes especiales de vacío para enviar sangre hacia la parte baja de sus cuerpos y atenuar así el efecto de la falta de gravedad.
En la ingravidez, los fluidos, y la sangre es uno de ellos, tienden a irse hacia la cabeza y por eso se ve a los astronautas hinchados en las transmisiones de TV desde el espacio.
Y una tarea más, antes de tomar posiciones en la Soyuz, será ajustar las butacas a sus nuevas estaturas. Según los especialistas, durante una larga permanencia en el espacio los astronautas "crecen" entre dos y tres centímetros.
Soyuz: un regreso como en los años 60.
Las Soyuz, cápsulas originales de los 60 con ligeras modificaciones, llegan a Tierra igual que las Mercury, las Géminis y las Apolo de la NASA: desprendiéndose de módulos inútiles y meciéndose en paracaídas.


1 Zalyotin y Kaleri cerrarán la escotilla de la Soyuz TM-30 a las 19:10 GMT y a las 21:22 GMT se separarán de la Mir.
2 A prudente distancia de la estación orbital, encienden los motores de freno por cuatro minutos y empiezan a desprenderse de los módulos de la Soyuz que ya no necesitan. Estos deshechos se desintegrarán al arder en la atmósfera. El primero es el módulo de servicio, que lleva los paneles solares y baterías principales que dan energía a la nave.
3 Después eyectan el módulo orbital, que contiene equipo logístico de maniobras, y queda solo el módulo de comando o módulo principal, con los cosmonautas a bordo.
4 El módulo de comando maniobra para colocarse en posición de enfrentar la fricción contra la atmósfera.
5 Entran en las primeras capas densas de la atmósfera a casi 7 kilómetros por segundo. La fricción eleva la temperatura exterior a casi 1700 grados. Una nube de plasma ionizado envuelve a la Soyuz e impide las comunicaciones con tierra durante varios minutos.
6 Tras 45 minutos de vuelo libre, siempre con la velocidad en disminución, a unos 10.000 metros del suelo la Soyuz abre un paracaídas de arrastre que despliega otro más grande.
7 La nave se desprende del escudo que la protegió del calor durante el reingreso y a pocos metros de tocar tierra frena por última vez encendiendo motores de combustible sólido.
Están en un área rural a 46 kilómetros de la aldea de Arkalyk, en Kazakhstán, donde los espera un grupo especial de rescate que los recoge en helicóptero. Luego volarán hasta el centro de entrenamiento de Star City, en las afueras de Moscú.


Así se desacopla la Soyuz de la Mir y regresa a tierra. Estas son sus partes:

A - Módulo orbital y de acoplamiento.
B - Módulo de descenso, de comando o principal. En él viajan los cosmonautas.
C - Módulo de servicio.
D - Paneles solares.
E - Sistema de maniobras (impulsores principales).

Miercoles, 17 de Junio de 2000
Los dos astronautas que repararon la estación 'Mir' vuelven a la Tierra .
Los astronautas Serguei Zaliotin y Alexandr Kareli regresaron ayer a la Tierra después de haber cumplido una misión de casi dos meses y medio en la estación Mir. El principal resultado del trabajo de los dos fontaneros es haber solucionado el problema de una fuga de aire de la base orbital rusa, que ahora ha vuelto a quedar en régimen automático, a la espera de dinero fresco que permita enviar otra tripulación o de la decisión de hundirla definitivamente en el océano Pacífico. La nave que trajo a Zaliotin y Kareli de vuelta aterrizó en la madrugada de ayer en las estepas de Kazajstán, cerca de la ciudad de Arkalik.
Puesta en órbita en 1986, la Mir lleva funcionando más de 14 años, casi el triple de la duración inicialmente prevista (5 años).
Las dificultades económicas y la imposibilidad de financiar al mismo tiempo la participación rusa en la Estación Espacial Internacional (ISS) determinaron la condena a muerte del viejo complejo espacial, que debería haber sido hundido en el Pacífico a principios de año.
Sin embargo, con la llegada de Vladímir Putin a la presidencia de Rusia y gracias también al interés de inversores extranjeros -que junto con Energuia, la compañía dueña de la estación, crearon MirCorp para su explotación comercial- se dio una nueva oportunidad a la Mir, que permanecía deshabitada desde el verano de 1999.
La falta de dinero ha impedido que Zaliotin y Kareli fueran reemplazados por una nueva tripulación. Se planea una nueva misión en noviembre próximo, pero no se sabe de dónde saldrá el dinero necesario.

Martes, 20 de Junio de 2000
Mir un ex científico será el primer turista
Se llama Dennis Tito, tiene 59 años, y después de calcular trayectorias interplanetarias para la NASA hizo fortuna manejando inversiones. Pagaría 20 millones de dólares y se está sometiendo a exámenes médicos para viajar en el 2001.

Un multimillonario de 59 años que hace cuatro décadas calculaba trayectorias de robots interplanetarios para la NASA y que al retirarse alimentó una considerable fortuna manejando inversiones, es el candidato a convertirse en el primer turista espacial autofinanciado.
"Siempre quise ir al espacio y ésta es la oportunidad de cumplir el sueño de mi vida", dijo Dennis Tito, el acaudalado empresario que está negociando con MirCorp, la empresa que alquila la Mir, un boleto estimado en alrededor de 20 millones de dólares.
Durante una presentación en video hecha simultáneamente en Moscú y en Washington por el presidente de MirCorp, Jeffrey Manber, explicó que Tito ya rindió exámenes cruciales de aptitud en una cámara centrífuga, donde su cuerpo fue sometido a las presiones que deberá soportar en el espacio por aceleración y desaceleración, y pasó con éxito pruebas médicas básicas.
Pero agregó que deberá soportar nuevos estudios en los próximos meses, mientras avanza en su entrenamiento técnico para el vuelo.
"Quiero estar en condiciones de ayudar a la tripulación y no ser un estorbo para ellos", apuntó Tito, que abordará una cápsula Soyuz el año próximo junto con dos cosmonautas rusos.
La estación espacial Mir recibió ya a dos turistas espaciales ajenos a la astronáutica, pero sus pasajes fueron pagados por sus respectivos gobiernos a razón de unos 20 millones de dólares cada uno, la misma cifra que MirCorp estima ahora que costará la plaza del ex científico norteamericano.
La diferencia esta vez es que Tito pagará de su bolsillo por el pasaje, para una permanencia en órbita de sólo una semana, y todavía está negociando el costo.
Tito, que en las décadas de los 60 y 70 trabajó para la NASA calculando las trayectorias de naves destinadas a Marte y a Venus, fundó la empresa Wilshire Associates, con sede en California, que acumula ahora un capital de 10.000 millones de dólares amasado prestando asesoramiento para inversiones.
Después de las reparaciones a que la sometió la última tripulación que la habitó durante 71 días, la veterana Mir fue declarada apta para vuelos comerciales y misiones de largo plazo.
Este año, antes del viaje de Tito, la estación será visitada por otro par de cosmonautas rusos y previamente atracará en ella un carguero Progress con provisiones.

Miércoles, 19 de Julio de 2000
Tripulantes estables en la Mir para 2001
La veterana Estación Espacial Mir, condenada a morir en la atmósfera en marzo último, consiguió una nueva prórroga de su sentencia y seguirá girando alrededor de la Tierra por lo menos hasta fines de 2001.
MirCorp, la empresa que alquila la plataforma orbital, anunció hoy en Moscú que pospondrá el vuelo anunciado para noviembre pero agregó que el año próximo habrá dos misiones de larga duración con la participación de cuatro cosmonautas y un particular, el norteamericano Dennis Tito.
Según el nuevo cronograma, la siguiente visita que recibirá la Mir será un carguero automático Progress poco antes de fin de este año.
A comienzos de 2001, los cosmonautas Pavel Vinogradov y Salizhan Sharipov emprenderán la expedición número 29 en la historia de la Mir para revivirla e iniciar una estada de entre cuatro y seis meses en órbita.
A mediados de ese año despegará la 30. misión, una segunda Soyuz probablemente tripulada por Talgat Musabaev y Yuri Baturin, con el turista Dennis Tito en la tercera butaca.
Ambas tripulaciones compartirán diez días a bordo, al cabo de los cuales Tito regresará con los ocupantes más antiguos, Vinogradov y Sharipov.
Tito, entretanto, continúa con los exámenes médicos y el entrenamiento requeridos para el vuelo.

Jueves, 16 de Noviembre de 2000
Derribarán a la Mir en Febrero de 2001.
El gabinete de Rusia resolvió hoy terminar los días de la veterana estación orbital con una caída controlada hacia el Pacífico Sur entre el 27 y 28 de Febrero de 2001. Aún no hay reacciones de MirCorp, la empresa que alquila la Mir y que no cumplió el mes pasado con uno de sus pagos.
Por segunda vez en menos de dos años, el gobierno ruso firmó hoy la sentencia de muerte de la Estación Espacial Mir por falta de fondos para sostenerla en órbita.
La decisión, adoptada por el gabinete de la Federación Rusa y comunicada a la prensa por el más alto responsable de la agencia espacial de ese país (RSA), Yuri Koptev, manda derribar la achacosa estructura de 140 toneladas en un lugar seguro del Pacífico Sur, entre los días 27 y 28 de febrero próximo.
Según Koptev, el gobierno se vio obligado a resolver rápidamente el final de la Mir mientras la plataforma es todavía gobernable y puede ser dirigida hacia un punto deshabitado del mar.
"La Mir está en tan pobres condiciones que cualquiera de sus sistemas puede dejar de funcionar en cualquier momento", dijo Koptev.
MirCorp, la empresa holandesa que el año pasado salvó a la estación de su primera sentencia a muerte al alquilarla para fines comerciales, no comentó inmediatamente la nueva decisión rusa.
La firma, que se proponía enviar a la Mir a su primer cliente, el multimillonario norteamericano Dennis Tito, a comienzos de 2001, debió haber cubierto el mes pasado un pago de 10 millones de dólares, pero no lo hizo porque -según adujo- sus inversores tuvieron "problemas financieros circunstanciales".
Jeffrey Manber, presidente de MirCorp, aseguró por entonces que esos inversores había prometido cubrir la cifra antes de fin de este año, y que el aspirante a turista espacial estaba cumpliendo con los pagos de su pasaje por un total de 20 millones de dólares. Durante la reunión del gabinete, el primer ministro ruso, Mikhail Kasyanov, dio instrucciones para que se planifique con extremo cuidado una caída controlada.
Aunque Kasyanov no lo mencionó, Koptev sí recordó ante los periodistas que en 1978 un satélite ruso con componentes nucleares había caído en una zona despoblada del norte de Canadá. Los restos no provocaron daños personales pero contaminaron la zona con sustancias radiactivas.
En un segundo incidente que despertó temores en el mundo, la estación orbital rusa Salyut-7 reingresó descontroladamente en la atmósfera en 1991 y regó restos incandescentes en la precordillera Argentina, cerca del límite con Chile.
La Mir es tres veces más grande que la Salyut y los riesgos de que grandes escombros puedan alcanzar zonas pobladas son mucho mayores.
Es posible que, para afinar la trayectoria de caída, dos cosmonautas más, o tres si es incluido Dennis Tito, sean enviados a la estación a comienzos de 2001.
Sin embargo, Yuri Semenov, director de la empresa RKK Energía, responsable por las operaciones de la Mir, afirmó hace poco que la estación puede ser derribada con seguridad sin un vuelo tripulado previo, aunque necesitará, dijo, un carguero automático Progress con cohetes para frenarla gradualmente bajo control.
Expertos rusos calculan que los restos de la Mir cubrirán una franja de 8.000 a 10.000 kilómetros de largo por 200 kilómetros de ancho.

Miércoles, 27 de Diciembre de 2000
Un comando erróneo dejó en silencio a la Mir.
La estación espacial rusa estuvo 22 horas incomunicada porque recibió instrucciones de girar a una posición desfavorable, en la que sus paneles solares dejaron de producir energía y las baterías se descargaron. No trascendió qué o quién impartió esa orden.
La estación espacial Mir perdió contacto con tierra durante casi un día porque una orden de origen no revelado la hizo orientarse desfavorablemente al sol y sus baterías se descargaron.
La Mir dejó de responder a los llamados del centro de control Korolev, cerca de Moscú, a las 15:40 GMT de anteayer, y a las 11:30 GMT de ayer los técnicos advirtieron el problema y le ordenaron reorientarse y volver a cargar las baterías.
En la siguiente órbita, alrededor de las 13 GMT, el contacto radial quedó normalizado.
Las autoridades de la Agencia Espacial Rusa (RSA) que explicaron las razones de los fallos no aclararon, sin embargo, si el comando que la desorientó fue enviado erróneamente desde tierra o se originó en un desperfecto de la computadora que gobierna los movimientos de la Mir.
Llamativamente los informantes dieron al percance como definitivamente superado y lo calificaron de "falla de una sola vez", lo que parece sugerir que conocen su origen y tienen la certeza de haber tomado precauciones para que no se repita.
La Mir, sentenciada por el gobierno ruso a terminar sus días en febrero próximo por falta de fondos, debe ser derribada bajo pleno control terrestre para que caiga sin consecuencias en una región despoblada del Pacífico Sur.
Ante esa perspectiva, fallas como la de ayer despiertan inquietud en la opinión pública mundial que ya se sobresaltó dos veces con la caída de restos de naves rusas en tierra firme.
En 1978 un satélite con componentes nucleares cayó en una zona despoblada del norte de Canadá y sus restos, aunque no provocaron daños personales, contaminaron la zona con sustancias radiactivas.
La Mir es tres veces más voluminosa que la Salyut y los riesgos de que grandes escombros puedan alcanzar zonas pobladas son mucho mayores.

AÑO 2001
Martes, 9 de Enero de 2001
Firmaron la sentencia de muerte de la Mir
El premier ruso, Mikhail Kasyanov, suscribió la orden de hacerla caer en lugar seguro.
El primer ministro ruso, Mikhail Kasyanov, firmó la orden de derribar la veterana estación espacial Mir el mes próximo, en una región apartada del Pacífico, por falta de fondos para seguir sosteniéndola en órbita. La decisión formal de terminar los días de la achacosa plataforma orbital había sido tomada por el gabinete de Rusia a mediados de Noviembre último, pero faltaba que el premier firmara la resolución oficial, verdadera sentencia de muerte para la Mir. La medida crea una comisión que determinará cómo será derribada la estación y dispone que las partidas presupuestarias habitualmente destinadas a la Mir sean derivadas a la participación de Rusia dentro de la Estación Espacial Internacional (ISS).

En Baikonur, entretanto, está siendo preparado un carguero-tanque Progress para ser lanzado dentro de nueve o diez días con suficiente provisión de combustible como para alimentar los motores que frenarán la Mir y la harán desintegrarse en la atmósfera. Por si el Progress fallara al intentar acoplarse automáticamente, desde hace meses están siendo entrenados dos cosmonautas, Salizhan Sharipov y Pavel Vinogradov, para ser lanzados inmediatamente en una cápsula Soyuz y completar la unión en forma manual.
La orden oficial no fija la fecha exacta de la caída, pero fuentes espaciales rusas dijeron que será una vez que cumpla 15 años en órbita el primer módulo de la estación, que fue lanzado el 15 de Febrero de 1986.
Expertos rusos calculan que los restos de la Mir cubrirán una franja de 8.000 a 10.000 kilómetros de largo por 200 kilómetros de ancho. Entretanto, la agencia rusa de noticias Interfax publicó que el multimillonario turista espacial norteamericano Dennis Tito, que no podrá viajar a la Mir aunque ya pagó 20 millones de dólares por el pasaje, podría tal vez visitar la Estación Espacial Internacional (ISS).
Según Interfax, Pyotr Klimuk, jefe del centro ruso de entrenamiento de cosmonautas, aseguró que Tito está siendo preparado para ir a la ISS en una Soyuz y permanecer allí dos semanas, tal vez para abril o mayo de este año.
Sin embargo esta posibilidad debe ser negociada por la agencia espacial rusa (RSA) con la NASA, que es el principal soporte económico de la ISS.

Jueves, 18 de Enero de 2001
No partió el carguero que derribará la Mir.
Lo retuvieron porque la estación apagó sus giroscopios debido a una falla eléctrica y quedó imposibilitada de orientarse. Tardarán cuatro o cinco días en recuperar el control.
Un carguero automático que debió haber partido esta mañana con el combustible y los cohetes que derribarán controladamente a la Mir, quedó en tierra a último momento a raíz de fallas eléctricas que dejaron a la abandonada estación sin poder orientarse por sus medios.
El carguero cisterna Progress M1-5 estaba programado para despegar a las 6:56 GMT de hoy desde la plataforma 1 del Cosmódromo de Baikonur, en el Asia central, pero pocas horas antes los técnicos descubrieron que una caída de voltaje a bordo de la Mir había apagado una computadora y los giroscopios que la mantienen orientada mientras orbita la Tierra.
Sin los giroscopios, la estación espacial podría moverse libremente y perder su correcta posición en el espacio, lo que dificultaría y tal vez imposibilitaría el acoplamiento del Progress. Responsables del Centro de Control Korolev, en las afueras de Moscú, aseguraron que les llevará entre cuatro y cinco días devolverle a la Mir la capacidad de orientarse por sí misma. El Progress será lanzado con dos veces y media más combustible que lo habitual, y se acercará a la estación por una ruta más larga y económica, que le permitirá ahorrar aún más carburante.
Una vez acoplado, con sucesivos encendidos de sus motores irá haciendo descender gradualmente a la Mir hasta que se incinere en la atmósfera el 6 de marzo, sobre el Pacífico Sur, al oriente de Nueva Zelanda.
Si el carguero fallara al intentar acoplarse automáticamente a la estación, una Soyuz con los cosmonautas Guennady Padalka y Nikolai Budarin será despachada de urgencia para completar la maniobra a mano.

Lunes, 22 de Enero de 2001
Mir: la computadora central, activa otra vez.
Podrán lanzar el Progress verdugo el próximo miércoles, aunque funcionan sólo seis de los 12 giroscopios activos que mantienen orientada a la estación.
La computadora maestra de la Mir, cuya salida de servicio el jueves último frustró el lanzamiento del carguero que hará de verdugo, volvió hoy a trabajar y al parecer está en condiciones de seguir controlando la posición de la veterana plataforma orbital.
La novedad deja libre el camino para un nuevo intento de lanzar, esta vez a la 4:28 GMT del miércoles próximo, el carguero cisterna Progress M1-5 con el combustible y los cohetes que a principios de marzo derribarán la estación bajo control. La computadora y los 12 giróscopos activos o "girodinos" que mantienen orientada la Mir, dejaron de trabajar pocas horas antes del lanzamiento del Progress a raíz del recalentamiento interior de la estación, cuya atmósfera alcanza ahora los 36 centígrados.
Los responsables de la Mir en Moscú creen que esa temperatura anormal es responsable de fluctuaciones en la tensión de la electricidad que alimenta la estación y en las consecuentes caídas de varios sistemas vitales.
A los técnicos les llevó cuatro días recuperar la computadora maestra, pero los esfuerzos por reactivar seis de los 12 girodinos no tuvieron éxito hasta ahora.
Los girodinos son pequeñas poleas movidas coordinadamente por motores eléctricos --similares a las "ruedas de reacción" usadas por la NASA en naves interplanetarias, que modifican la orientación de la Mir sin gasto extra de combustible, simplemente girando en dirección opuesta a la que debe adoptar la estación.
Sostienen los controladores rusos que el déficit de girodinos no interferirá con las maniobras de atraque del Progress cisterna, que llegará a la estación cuatro días después de la partida, el doble del tiempo habitual porque seguirá una ruta larga para economizar aún más carburante.

Martes, 23 de Enero de 2001
Lanzan esta noche al verdugo de la Mir.
El Progress que lleva el combustible y los motores para derribarla llegará el sábado temprano y hay una tripulación lista por si no pudiera acoplar automáticamente.
Avanzan los preparativos de la Agencia Espacial Rusa para que, poco después del próximo amanecer en las heladas estepas del Asia central, despegue el carguero automático que lleva la histórica misión de convertir en leyenda a la estación espacial Mir. El Progress M1-5, una versión cisterna del clásico contenedor espacial ruso, partirá repleto de combustible a las 7:28, hora de Moscú 4:28 GMT, y debe acoplarse a la plataforma orbital a las 5:20 GMT del sábado 27.
Si algo impidiera la unión automática de las naves, a principios de febrero despegará una cápsula Soyuz con los astronautas Guennady Padalka y Nikolai Budarin, que han estado entrenándose para acoplar manualmente el carguero a la Mir.
Aunque siguen sin funcionar seis de los 12 "girodinos" que salieron de servicio cuando cayó la tensión a bordo, hace una semana, los técnicos creen que no habrá problemas para orientar la estación durante el acoplamiento.
Calculan los ingenieros rusos que a bordo de la Mir hay todavía 120 kilos de combustible que en caso necesario podría usar el sistema de impulsores para mover la estación durante el acoplamiento.
Para que el Progress cisterna pueda atracar debe ser desacoplado otro Progress, el M-43 lleno de comida y agua que fue enviado en octubre de 2000, cuando todavía parecía que la empresa MirCorp salvaría la estación con vuelos turísticos.
El M-43 será alejado unos kilómetros de la Mir y se lo mantendrá en una órbita paralela por si fuera necesario usarlo como apoyo de un eventual vuelo tripulado.
Entre fines de febrero y comienzos de marzo el Progress cisterna empezará a frenar a la Mir con sus propios motores y la hará descender gradualmente hasta que se desintegre por la fricción contra la atmósfera.

Miércoles, 24 de Enero de 2001
El Progress verdugo va en camino de la Mir.
Lleva dos toneladas y media de combustible para derribar la estación a comienzos de marzo.

El verdugo de la Mir, un carguero que lleva el combustible y los cohetes para derribar sobre el mar a la maltrecha estación espacial, fue lanzado esta madrugada desde el Cosmódromo de Baikonur y va ganando terreno en la persecución de su presa. Cargado con 2.677 kilos de combustible, un tercio más que su provisión normal de 2.000 kilos, el Progress M1-5 se elevó sobre la estepa helada del Asia Central a la 4:28:42 GMT al tope de un cohete Soyuz de tres etapas.
Diez minutos más tarde entró en una órbita elíptica inicial de 193 por 245 kilómetros, por debajo y detrás de la Mir, que gira ahora a 296 por 313 kilómetros.
El Progress seguirá una ruta económica más larga que lo llevará a alcanzar la estación espacial con un considerable ahorro de combustible el próximo sábado, a las 5:30 GMT.
Para ese momento habrá refinado su trayectoria mediante cinco encendidos de impulsores de bajo consumo que habrán aumentado su velocidad en un total de 146 kilómetros por hora.
Si algo impidiera la unión automática de las naves, a principios de febrero despegará una cápsula Soyuz con los astronautas Guennady Padalka y Nikolai Budarin, que han estado entrenándose para acoplar manualmente el carguero a la Mir.
Para que el Progress cisterna pueda atracar debe ser desacoplado otro Progress, el M-43 lleno de comida, agua y aire comprimido que fue enviado en octubre de 2000, cuando todavía parecía que la empresa MirCorp salvaría la estación con vuelos turísticos.
El M-43 será alejado unos kilómetros de la Mir y se lo mantendrá en una órbita paralela por si fuera necesario usarlo como apoyo de un eventual vuelo tripulado.
Entre fines de febrero y comienzos de marzo el Progress cisterna empezará a frenar a la Mir con sus propios motores y la hará descender gradualmente hasta que se desintegre por la fricción contra la atmósfera.

Sábado, 3 de Febrero de 2001
Preocupa a los técnicos la caída natural de la Mir.
Complica a los encargados de calcular su caída porque está perdiendo altura a un ritmo irregular de entre 200 y 650 metros por día.
En sus últimos días de gloria, la estación espacial rusa Mir parece empeñada en complicarles el trabajo a los ingenieros que el mes próximo deben destruirla bajo control en la atmósfera.
El veterano laboratorio de 100 toneladas, que pierde altura naturalmente arrastrado por la fuerza de gravedad y frenado por las capas altas de la atmósfera, en las últimas semanas ha venido cayendo a un ritmo inconstante y esto dificulta las previsiones de los controladores.
Según la empresa RKK Energia, responsable de su operación remota, la Mir se acerca ahora diariamente a la tierra una distancia variable entre los 200 y los 650 metros debido, en especial, a que la atmósfera está expandida por efecto de la intensa actividad solar de los últimos meses, que atraviesa un pico cíclico que se reitera cada once años.
Cuando estaba en servicio la plataforma orbitaba en un circuito casi circular de unos 350 kilómetros de altura promedio, aproximadamente la misma distancia a la tierra que guarda la Estación Espacial Internacional (385 kilómetros).
Pero desde que quedó abandonada en junio del año pasado y ante las indefiniciones sobre su futuro, el Centro de Control Korolev, en Moscú, la dejó librada a las fuerzas naturales sin permitirle usar regularmente los impulsores que mantenían su altura, como un medio para ahorrar combustible preventivamente.
Como consecuencia, el martes último la Mir giraba a una altura promedio de 295 kilómetros y ayer había bajado ya a 292. Según los expertos rusos esta anomalía en la trayectoria sólo complica el monitoreo y los cálculos necesarios para derribarla el mes próximo, pero no agrega riesgo a la población en tierra y confían en que podrán llevarla con toda seguridad el mes próximo hacia una zambullida en el Pacífico Sur, al oriente de Nueva Zelanda.
La espectacular caída será a principios de marzo luego de que el carguero Progress cisterna que se le unió el sábado último encienda varias veces sus impulsores para ir frenándola gradualmente.
Entretanto el otro Progress repleto de alimentos, que se desacopló de la estación para dejar la boca de atraque libre al carguero que hará de verdugo, fue destruido esta semana en la atmósfera sin otras consecuencias.

Viernes, 16 de Febrero de 2001
Mir aplazan la caída para que se queme mejor .
La Agencia Espacial Rusa (RSA) cree que en la tercera semana de marzo encontrará una atmósfera más expandida al reingresar y caerán a tierra menos restos.
La agonía de la estación orbital Mir se alargará unos días más porque la Agencia Espacial Rusa (RSA) cree que en la tercera semana de marzo encontrará una atmósfera más espesa debido a la actividad solar y su desintegración por el calor de la fricción será más perfecta.
El plan original era hacerla caer gradualmente con los impulsores de un carguero Progress que se le acopló a fines del mes pasado y forzar su destrucción por incineración el 6 de marzo, en un reingreso en la atmósfera sobre el Océano Pacífico, entre Nueva Zelanda y Chile.

Pero según Sergei Gorbunov, vocero de la RSA, los expertos rusos determinaron ahora que el pico actual de actividad solar expandirá aún más la atmósfera dos semanas más tarde y la Mir encontrará más resistencia del aire en su caída, se calcinará mejor y caerán menos restos enteros al mar si se zambulle entre el 13 y el 18 de marzo.
Cálculos preliminares indican que la mayor parte de la estación orbital que visitaron más de 100 astronautas de varias nacionalidades durante 15 años, se desintegrará en el reingreso, pero sobrevivirán trozos de metal de hasta 700 kilos, que caerán en un área despoblada del mar si todo sucede como está previsto.
La Mir, deshabitada,está girando a la deriva, con su control de navegación apagado, y cayendo de su órbita original a 385 kilómetros de altura a tal ritmo que esta semana su apogeo (mayor distancia a la Tierra) bajó de los 300 kilómetros.
A medida que desciende, la veterana plataforma está tropezando con las capas excepcionalmente altas y densas de una atmósfera expandida por efecto de un pico cíclico de explosiones solares, que la van frenando de manera muy irregular y tornan impredecible su ritmo de caída.
Según la empresa RKK Energia, responsable de su operación remota, por esa causa la semana pasada la Mir se acercaba a la Tierra cada día una distancia variable de entre 200 y 650 metros.
Según cálculos de centro espacial hoy, viernes 16, su órbita transcurre entre los 293 y 271 kilómetros, y sin tomar en cuenta las irregularidades de la atmósfera caerá naturalmente el 26 de marzo.

Jueves, 1 de Marzo de 2001
La venerable Mir se despide de nuestro cielo.
Condenada a morir a mediados de marzo en una caída controlada sobre el Pacífico, hoy, antes del amanecer, la estación espacial rusa Mir cruzará el cielo argentino por última vez en condiciones de ser admirada a simple vista. Según puede preverse hoy con cierto margen de error debido a su órbita inconstante, la Mir volvería a ser vista en Buenos Aires el 21 de marzo, pero el gobierno ruso quiere derribarla antes, entre el 13 y el 18 de ese mes. Cumpliendo su órbita 85.977 cruzará vertical a San Juan y San Luis (Argentina), a 285 kilómetros de altura, saldrá del cono de sombra y comenzará a brillar, justo cuando pase al este de Santa Rosa. Desde allí y durante menos de cuatro minutos, podrán verla desde Viedma (mirando al Este) hasta Montevideo (mirando al Oeste) mientras atraviesa la provincia de Buenos Aires para salir al mar por Necochea.

Jueves, 15 de Marzo de 2001
Derribarán a la Mir el 22 con tres encendidos.
La operación durará seis horas y terminará cuando los primeros restos caigan al mar.
La Agencia Espacial Rusa (RSA) rompió un silencio de semanas para informar que la estación orbital Mir terminará sus días de gloria la madrugada del próximo jueves 22, al cabo de una operación que durará seis horas e implicará tres encendidos de impulsores para frenarla.
Según el Vladimir Solovyov, uno de los máximos responsables de la administración aeroespacial rusa, el miércoles 21, a las 0:32 GMT del jueves), el carguero Progress lleno de combustible que se acopló a la Mir a fines de enero encenderá por primera vez su impulsor principal para frenar a la Mir y comenzar a deformar su órbita actualmente circular.
Casi dos horas más tarde, a las (2:22 GMT del jueves), un segundo encendido terminará de dibujar la nueva trayectoria, una elipse acentuada que alcanzará los 220 kilómetros en el punto de mayor alejamiento de la Tierra (apogeo) y 165 kilómetros en el de máximo acercamiento (perigeo). Este último punto coincidirá con el área del Pacífico Sur elegida para la destrucción. La Mir orbitará así, pasivamente, dos veces más (unas tres horas) mientras el Centro de Control Korolev refina los cálculos para el tiro de gracia. En caso de algún imprevisto, volando a esa altura la Mir podrá sostenerse girando por sus medios un día más, lo que daría tiempo a las correcciones necesarias.
Finalmente, cuando la Mir esté fuera del alcance de las estaciones rastreadoras rusas, sus computadoras de a bordo deberán ordenarle al Progress un último encendido de 11 minutos que comenzará en algún momento entre las 5:28 y 5:48 GMT.
Los primeros fragmentos que no se hayan desintegrado deberán estar zambulléndose en el mar a las 6:21 GMT.
Esta madrugada la veterana plataforma orbital cumplía su vuelta a la Tierra número 86.202 con un apogeo de 246 kilómetros y un perigeo de 237.
Según cálculos de centro espacial, la noche en que comience su ejecución orbitará el planeta en un circuito de 216 por 211 kilómetros, y si no fuera derribada antes caería por efecto natural el lunes 26.
En las últimas semanas se supo que el gobierno ruso contactó a varias aseguradoras mundiales en procura de una póliza que cubra los eventuales daños que podrían provocar las varias toneladas de escombros que no se atomizarán al reingresar en la atmósfera en caso de que la Mir no acierte en la zona del Pacífico elegida como blanco.

Sábado, 17 de Marzo de 2001
Temen algún fallo eléctrico o en la computadora.
La Agencia Espacial Rusa prevé rehabilitar el suministro de energía a la Mir el miércoles 21, unas 24 horas antes de la destrucción, para que los paneles fotoeléctricos vuelvan a orientarse hacia el sol y alimenten de nuevo las baterías que necesitará la computadora maestra de a bordo para comandar la caída.
"Si la electricidad no se reconectara, las baterías cargaran deficientemente o la computadora fallara, estaremos ante una emergencia ", dijo Vladimir Solovyev, principal responsable de las operaciones con la Mir en el Centro de Control Korolev, cerca de Moscú. Dada esta hipótesis -explicó el funcionario-, los controladores podrían destruirla un día más tarde enviando comandos a los sistemas autónomos del carguero Progress que se acopló a fines de enero para derribarla.
Al ser restituida la energía, la Mir, que en las últimas semanas ha venido orbitando a la deriva, girando sobre su eje para emparejar temperaturas internas, dejará de rotar y se mantendrá en vuelo estable.
Hoy la veterana estación giraba alrededor de la Tierra a un promedio de 235 kilómetros de altura, 2.500 metros menos que ayer, y para mañana habrá perdido otros 3.000 metros de altura promedio por efecto de la resistencia de aire en las capas altas de la atmósfera.
Martes, 20 de Marzo de 2001
La Estación Espacial Mir consiguió hoy un aplazamiento por 24 horas de su sentencia de muerte porque la atmósfera no hizo su trabajo como los técnicos esperaban y todavía gira alrededor de la Tierra más alto que lo necesario para derribarla.
Las intensas explosiones solares de los últimos meses, producto de un pico de actividad que se repite cada once años, expandieron la atmósfera de una manera despareja con sus nubes de partículas cargadas de electricidad.
En su caída natural, entonces, en lugar de encontrar capas de aire liviano que la vayan frenando en forma pareja, la Mir se está topando con masas más densas que otras y su desigual ritmo de descenso les complica los cálculos a los responsables de destruirla. La Agencia Espacial Rusa (RSA) no informó todavía los nuevos horarios de los tres encendidos de impulsores con que prevé hacerla caer en el Pacífico Sur.
Hoy la Mir giraba alrededor de la Tierra a un promedio de 225 kilómetros de altura, 10.000 metros menos que el sábado último y 4.000 menos que ayer.

Jueves, 22 de Marzo de 2001
Mir: las órbitas finales de una ilustre pionera.
El roce contra el aire la recalentará y los primeros en desaparecer serán los paneles solares. Los módulos resistirán hasta que estallen en pedazos.

La estación espacial Mir respondió bien hoy a los primeros comandos enviados desde el centro de control en Moscú después de navegar a la deriva casi dos meses.
La nave obedeció normalmente a las órdenes, dejó de girar y se estabilizó apuntando los paneles fotoeléctricos hacia el sol. Los técnicos pueden comunicarse con la Mir sólo durante 15 minutos en cada órbita de una hora y media, mientras la plataforma vuela bajo el alcance de las estaciones rastreadoras instaladas en territorio ruso únicamente.
En el siguiente giro fueron disparados los impulsores para modificar su trayectoria de modo de que los paneles solares puedan producir más electricidad.
No se conocen todavía los parámetros de la nueva órbita. Los servicios de emergencia en Australia y Nueva Zelanda dijeron hoy que dispondrán de sólo 90 minutos para actuar en caso de que los restos se desvíen hacia su territorio al caer.
En la isla japonesa de Okinawa, el último lugar densamente poblado que atravesará la Mir poco antes de incinerarse en la atmósfera, hay inquietud y las autoridades, en un intento de tranquilizar los ánimos, afirmaron que las probabilidades de que caiga chatarra allí son de "una en un millón".

Esta madrugada los técnicos restablecieron con éxito el suministro de electricidad en la Mir mientras seguían revisando parámetros para la siguiente jugada decisiva: activar el sistema de estabilización de la nave.
La estación fue dejada a la deriva para ahorrar combustible a fines de enero, una vez que atracó el carguero Progress que hará de verdugo.
Pero para derribarla esta noche primero tienen que estabilizarla, es decir, detener ese giro y orientarla en la posición normal de navegación.
Los encargados de la tarea son los "girodinos", giroscopios movidos eléctricamente y conectados con pequeños impulsores que gobiernan la posición de la Mir.
Si los "girodinos" o los impulsores no funcionan correctamente, no será posible apuntar los paneles fotoeléctricos hacia el sol para que carguen las baterías que alimentarán la maniobra.
Y, lo que es peor, aún si el Control Korolev quisiera confiar de emergencia la operación directamente al carguero Progress, éste no estará en condiciones de orientarse para disparar tres veces sus impulsores principales y provocar la caída al mar, como está previsto.
Rusia tiene una larga experiencia en reingresos destructivos de cargueros Progress, que fueron diseñados para eso, pero jamás intentó la desintegración de una nave de 135 toneladas como la Mir, que fue armada con la forma de un erizo de cilindros metálicos sin prever en aquellos años que hoy tendría este final.
La Agencia Espacial Rusa (RSA), de todos modos, asegura que las probabilidades de que algo falle son de sólo el dos por ciento y se comprometió a avisar a los gobiernos potencialmente amenazados en caso de que algo salga mal.
Según cálculos de centro espacial, si no pudieran encenderse los impulsores para modificar su trayectoria y derribarla, durante la órbita elegida para la destrucción la Mir pasaría casi exactamente vertical a Buenos Aires, de Sudoeste a Nordeste, a 220 kilómetros de altura, a las 6:15 GMT de mañana.

La 'Mir' no ha cumplido con los propósitos para los que fue diseñada
"En la Mir lo único importante que se ha hecho es estudiar el comportamiento del organismo humano en el Espacio" dijo el científico Luis Ruiz de Gopegui (Madrid, 1929), el hombre que durante más de 30 años ha estado al frente de las instalaciones de la NASA en España, ha contestado este jueves a las preguntas de los internautas sobre las últimas horas de vida de la estación espacial Mir.
La nave más famosa que ha surcado el espacio (con permiso del Spútnik y del Halcón milenario de Han Solo) se desintegrará sobre el océano Pacífico a las 7.30 del viernes, hora peninsular española, poniendo así fin a un viaje que en principio no debía durar más de 5 años, pero que ha acabado cumpliendo 15.
"Pon un 'sí' muy grande", ha dicho Ruiz de Gopegui cuando le han preguntado sobre si le parece correcta la decisión de destruir la Mir, "estaba muy enferma y prácticamente era inservible. En mi opinión se debía haber destruido uno o dos años antes".
El profesor ha querido tranquilizar a quienes temen que la caída de la nave pueda tener consecuencias negativas. No las tiene "porque ya no se hacía prácticamente ninguna investigación en la Mir". "Se ha dicho mucho que hay [en la nave] bacterias mutantes debido al aire acondicionado, es posible que eso sea verdad, pero las bacterias mutantes no resisten los 15.000 grados de temperatura que se producen en la reentrada, así que morirán y a la tierra no llegará nada" ha dicho.
A la pregunta de si cree que Rusia está preparada para llevar a buen puerto la operación de destruir la nave espacial, Ruiz de Gopegui ha aclarado que "no es una operación extremadamente complicada. Lo han hecho ya unas 7 veces anteriores, aunque con estaciones no tan grandes".
La destrucción de la nave pone fin a 15 años de viaje por el espacio. Un viaje que para el científico no ha cumplido con los propósitos para los que fue diseñado. "Las estaciones espaciales pretenden lograr que en el espacio se consigan productos químicos o compuestos biológicos que no se pueden conseguir en la tierra. En la Mir lo único muy importante que se ha hecho es estudiar el comportamiento del organismo humano durante largos periodos de tiempo sometido a ingravidez [el astronauta ruso Valeri Poliakov permaneció 14 meses en órbita]". Sin embargo, ha aclarado, la estación espacial rusa "va a ser de una gran utilidad en la construcción y en el mantenimiento de la ISS [la Estación Espacial Internacional]".
Precisamente, sobre la ISS el asesor científico de los lectores de ELPAIS.ES ha dicho que "con el dinero que está costando (del orden de 15 o 18.000 billones de pesetas) se podrían haber hecho cosas más interesantes y productivas". Ruiz de Gopegui opina que el futuro de las investigaciones espaciales volverán a sus inicios: "Cuando la NASA termine la explotación de la ISS, allá por el año 2020, el siguiente proyecto será regresar a la Luna".
"Sueño con que el hombre viaje a las estrellas" No sólo sobre la sentenciada estación espacial se ha charlado en la entrevista digital con Ruiz de Gopegui. Los internautas han querido conocer la opinión de una de las personas que más sabe sobre el espacio en España sobre todo tipo de temas relacionados con esta especialidad. Y para hablar de ello, mejor empezar por el principio: ¿Qué es? "Para mí el espacio es el futuro de la humanidad, aunque por desgracia a largo plazo, no a plazo inmediato. Yo sueño con que el hombre viaje algún día a las estrellas, aunque no lo voy a ver", ha dicho el científico.

Un mecano espacial
La Mir es un centro de operaciones y un laboratorio colocado en órbita terrestre de baja altitud, en los que pueden realizarse experimentos científicos aprovechando las características más sobresalientes de esas órbitas, fundamentalmente la gravedad muy reducida (microgravedad) y su inigualable situación para observar tanto la Tierra como el firmamento.

Lo más peculiar de la estación Mir es su tamaño y su versatilidad. El máximo interés científico de los responsables del programa ha sido estudiar el comportamiento del organismo humano sometido largo tiempo a una gravedad muy reducida (del orden de una milésima de la gravedad que tenemos en la superficie de la Tierra) con el fin, según se ha dicho, de ir preparando el viaje tripulado a Marte. Estos experimentos ya habían sido realizados en las estaciones soviéticas de la serie Salyut, pero la estación Mir ofrecía grandes ventajas con respecto a ellas, principalmente al disponer de mayor espacio para los cosmonautas.

Esto permitía una cierta intimidad para cada uno de ellos, indispensable cuando se pretende lograr estancias de gran duración y un espacio razonablemente amplio para realizar los ejercicios físicos necesarios encaminados a combatir la falta de gravedad. Asimismo, la estación disponía de más energía eléctrica que sus antecesoras. Pero además esta estación permitía acoplar al puerto de múltiples atraques módulos de gran tamaño dedicados a investigaciones muy concretas y distintas de las biomédicas, como el proceso de materiales en microgravedad, la observación de la Tierra y trabajos en astrofísica.

Durante varios años (86-95) la estación Mir ha sido un laboratorio espacial excepcional donde se ha batido el récord de permanencia en el espacio, logrado en 1994-1995 por el cosmonauta ruso Valeri Poliakov, de 52 años, que permaneció 438 días en la estación. Además se han realizado numerosos experimentos sobre comportamiento y tratamiento de materiales en gravedad muy reducida, fabricación de semiconductores y microcircuitos, análisis de nuevos fármacos, horno de aleaciones, depósito de metales en cristales, etc.

También se ha trabajado en detección de recursos terrestres, en especial fauna marina, mediante radares de apertura sintética, etcétera. Se ha realizado gran número de observaciones con detectores de rayos gamma, espectrómetros y telescopios para rayos X, detección. de polvo de cometas, etcétera.
Pero quizá lo más interesante de todo han sido los estudios sobre el comportamiento dinámico de cuatro y cinco grandes cuerpos acoplados mecánicamente y moviéndose en órbita terrestre.
Después de haber sido nueve años un excelente laboratorio de investigación científica, a principios de 1996 la Mir pasó a ser un banco de pruebas para ensayar algunos aspectos de la futura estación espacial internacional que se empezará a construir en 1998 con la participación de Estados Unidos, Rusia, Japón, Europa y Canadá. Coincidiendo con esta segunda fase, pero no relacionado con ella, la Mir ha entrado en un periodo muy peligroso de degradación mecánica. Por un lado, los 11 años de vida de una estación diseñada para soportar un periodo de actividad mucho más corto, y por otro, las tremendas dificultades, fundamentalmente económicas, por las que atraviesa la industria espacial rusa, han hecho que sufra todo tipo de achaques, que están poniendo en peligro su permanencia y utilidad en órbita terrestre.

La 'Mir', lista para su destrucción
Japón, Fiji, Nueva Zelanda, Australia y Chile adoptan medidas ante la caída de la estación rusa en el Pacífico
Desde Japón a Fiji, desde Nueva Zelanda a Chile, una preocupación rayana con la alarma se extiende por los países del Pacífico amenazados, siquiera mínimamente, por el último vuelo de la estación orbital Mir, cuya muerte programada está fijada por la agencia espacial rusa para las 7.30 de mañana, hora peninsular española. La nave alcanzó ayer, con un día de adelanto, su órbita crítica con un apogeo de 220 kilómetros de altitud, considerada óptima para la maniobra de descenso.
Si la realidad se ajusta a los cálculos, la mayor parte de la Mir se desintegrará a su paso por las capas densas de la atmósfera, pero buena parte de ella (hasta 40 de sus 135 toneladas) sobrevivirá a esa prueba y, convertida en una lluvia de hasta 1.500 fragmentos sólidos, se precipitará al océano Pacífico, entre las costas de Nueva Zelanda y las de Chile. Ayer, para alejar el peligro de algunas islas francesas, se alteraron ligeramente las coordenadas. El centro de la caída se sitúa ahora en los 44,2 grados de latitud sur y los 150,4 grados de longitud oeste. Los fragmentos deben caer en un área de 100 kilómetros de ancho y 6.000 de largo.
Los paneles solares de la Mir se reorientarán hacia el Sol para garantizar el suministro de energía a la acoplada nave de carga Progress cuyos motores garantizarán la maniobra de frenado. En la madrugada de mañana, a la 1.33, está previsto que se produzca el primer frenazo, y el segundo a las 3.02. El tercero y definitivo llegará a las 6.00, cuando la nave se encuentre sobre territorio africano. En su última órbita, la nave pasará por Rusia y Japón, aunque las posibilidades de que algún fragmento caiga sobre estos países parecen remotas. Menos seguridad se puede abrigar para el caso de Nueva Zelanda, Australia, los minúsculos países del Pacífico sur e incluso las zonas meridionales de Chile y de Argentina y la isla chilena de Pascua.
'Si los impulsos de frenado resultaran insuficientes, la estación volaría más de lo previsto', lo que podría afectar a los dos últimos países citados. Ésa es la opinión de Nikolái Anfímov, director del Instituto Central de Investigación de Ingeniería Científica. La nave pasó ya ayer en varias ocasiones por la zona del Pacífico sur en la que se espera se dispersen los fragmentos de la estación orbital que, en algún caso, podrían alcanzar en teoría el tamaño de un automóvil y ser capaces de romper una barrera de hormigón de dos metros de espesor.
La marina chilena está realizando un seguimiento de la estación espacial 'permanente' y en coordinación con las armadas de Australia y Nueva Zelanda.
Las autoridades de Australia han montado un dispositivo de emergencia. En Nueva Zelanda, los responsables de la seguridad marítima anunciaron ayer que estaban intentando contactar con una flota de barcos de EE UU que se encuentran pescando en el área donde caerá la Mir, según los nuevos cálculos rusos que sitúan su localización mucho más cerca de sus costas tros al este de la isla de Stewart de lo que se había previsto anteriormente. 'Hemos estado emitiendo alertas de navegación y me sorprendería de que queden barcos en la zona sin haberse enterado del descenso de la Mir', dijo ayer un portavoz en Wellington.
Las autoridades de Fiji han pedido a los 800.000 habitantes del país que no salgan a la calle en las horas clave. Lo mismo han hecho las de Japón. El embajador de Chile en Moscú, Pablo Cabrera, no asistirá mañana al Centro de Control de Vuelos, desde donde se seguirá la muerte de la Mir, en señal de protesta por el vertido de basura espacial en el Pacífico.
Desde Fiji, un grupo de astronautas y científicos rusos, y turistas que pagarán una fortuna por presenciar un espectáculo único volarán hasta unos 100 kilómetros de la zona de contacto de los fragmentos con el agua. Una filmación de los minutos finales de la Mir se podrá contemplar probablemente horas después en la página de Internet www.mirreentry.com. En una Rusia castigada por años de crisis económica y malgobierno, la muerte programada de la Mir (que triplica ya con creces su prevista vida útil) es recibida con una mezcla de indiferencia, fatalismo e indignación. Éste último sentimiento es el que embarga al partido comunista, que ve, y con razón, cómo se sella el fin de una era en la que Rusia era una superpotencia. El diario Soviétskaya Rossía califica la decisión de dejar caer la Mir como 'un error colosal del equipo del presidente Vladímir Putin (...) que arruinará su reputación'.

El comunista moderado Guennadi Selezniov, presidente de la Duma, propuso el martes en una carta al líder del Kremlin construir una nueva estación orbital, la Mir-2, tomando como base el módulo de reserva gemelo del Zariá (Amanecer), hoy desplegado en la IIS. Serguéi Zhiltsov, portavoz del complejo espacial y de fabricación de cohetes Jrúnichev, le respondió ayer que, en teoría, tal hazaña es posible, pero que, habida cuenta del tiempo y el dinero necesario para ello, se trata poco menos que de una fantasía.

Viernes, 23 de Marzo de 2001
La Mir entró en el recuerdo.
La Mir había acogido a 104 astronautas. Entre ellos, 42 soviéticos y 44 norteamericanos. Su última tripulación regreso a la Tierra el 16 de junio de 2000. En ella se realizaron 23.000 experimentos y dio un total de 86.331 vueltas alrededor de la Tierra.
La estación orbital Mir fue noble hasta el último latido: se despidió con un carnaval de explosiones, luces rojas y doradas y el tronar de sus módulos al pasar bruscamente a velocidad subsónica ante los azorados espectadores de las islas Fiji, en el Pacífico Sur.

Seis horas antes de dejar de ser el objeto espacial número 16.609 para los registros de la defensa norteamericana, la orgullosa Mir surcó por última vez el cielo argentino, imponente como siempre, y volvió a emocionar a quienes la esperaban y se esforzaban para darle su adiós casi adivinándola entre gruesas capas de nubes.
Dos horas más tarde, en medio de una aprensión generalizada frente a una experiencia sin precedentes, que amenazaba descargar del cielo 27.000 kilos de metal incandescente, el carguero Progress que llevaba acoplado empezó a obedecer fielmente las órdenes de tierra.
Encendió sus impulsores durante 23 minutos a las 0:33 GMT y a las 2:02 GMT para deformar su órbita circular y darle el dibujo elíptico imprescindible para la zambullida controlada.
De rodear el planeta en un anillo a 217 kilómetros de altura, pasó a circunvolarlo en un óvalo de 217 kilómetros en su mayor alejamiento (apogeo) por 159 en su máximo acercamiento (perigeo), este último sobre la zona elegida para la destrucción. La Mir estaba ya parada en el borde del abismo, de cara al vacío.

Corrieron entonces dos órbitas más mientras los expertos repasaban una y otra vez sus números, y la Tierra, girando al Este, se acomodaba para recibirla en ese vasto desierto de agua salada entre Nueva Zelanda y Chile.
De las computadoras del Centro Korolev salió una nueva hora de ejecución: las 5:07 GMT, 13 minutos antes de lo anunciado previamente. Y el Progress cumplió una vez más. La última.
Todo estaba hecho y, lo que era peor, nada podía deshacerse a esa altura. Hubo un tenso, largo silencio, hasta que a las 5:50 GMT un reportero de televisión observando en las islas Fiji empezó a describir un carnaval de luces y estruendos en el cielo nocturno.

El centro espacial de la NASA en Houston, Texas, movilizó a un equipo especial de expertos en trayectoria, guía y operaciones orbitales y esta tarde comenzó a enviar a Moscú datos sobre la posición de la Mir en tiempo real, y estimaciones de su trayectoria. Los datos que la agencia espacial norteamericana está suministrando al Control Korolev proceden del Comando de Defensa Aérea Estratégica (USSPACECOM, ex NORAD), que tiene sus cuarteles en un bunker protegido contra ataques nucleares bajo las montañas Cheyenne, en el Estado de Colorado. El USSPACECOM es la dependencia militar clave para la defensa aeroespacial de los EE.UU., y su trabajo rutinario es monitorear los 8.000 objetos en órbita mediante una red de 19 puestos de observación con sensores ópticos y radares alrededor del mundo.
Esta información está siendo ruteada hacia Moscú a través de Houston, donde el equipo de expertos reunido en el centro de control de la Estación Espacial Internacional (ISS) la utiliza para trazar sus propias proyecciones de la trayectoria de la Mir y envía los resultados a Rusia por una línea especial permanente.

Una estación rastreadora de la Agencia Espacial Europea (ESA), cerca de Bonn, Alemania, sigue también atentamente las últimas órbitas de la Mir. La NASA, además, está retransmitiendo al Control Korolev información instantánea sobre la actividad solar, que puede afectar sensiblemente la densidad de la atmósfera y, en consecuencia, comprometer la efectividad de las maniobras previstas por los rusos para destruir su estación espacial. Esos datos son recogidos a través de varios satélites y observatorios terrestres por la Agencia Oceanográfica y Atmosférica de los EE.UU. (NOAA).


Ex cosmonautas rusos y especialistas norteamericanos coinciden en que la operación es muy delicada y muchos factores podrían no comportarse como se espera.
Los rusos viven desde el hoy orgullosos, y tranquilos, de que la MIR cayera en lugar, a la hora y de la forma que fijaban las previsiones. No las tenían todas consigo, según han reconocido las autoridades rusas, pero la caída «ha sido un éxito» de precisión, ha dicho Yuri Semiónov, el diseñador de la 'vieja dama del espacio'.

«Todavía somos capaces de demostrar que somos buenos en algo», ha dicho el astronauta Alexander Lazutkin que estuvo seis meses en la estación orbital.